miércoles, julio 26, 2006

El gobierno invisible




Libros polémicos: El Gobierno invisible (1965)
Análisis del Sistema de Inteligencia de los Estados Unidos.
Profesores Wise y Ross. Norteamericanos.

Resumen
Por Henzo Lafuente *


La aparición de este libro produjo revuelo tanto en el propio Estados Unidos como en otros países. Sus rotundas afirmaciones promovieron polémica. Hoy día está un tanto al margen de las discusiones. Reproducimos una síntesis de su contenido, porque en su momento constituyó, a no dudarlo un "libro polémico".
De partida, los autores sostienen perentoriamente en su obra: "Existen actualmente en Estados Unidos dos Gobiernos. Uno visible, el otro invisible. El primero es el Gobierno que aparece en los periódicos, que los ciudadanos conocen y que los niños estudian en sus textos de educación cívica. El segundo es la escondida maquinaria que cumple los planes de los Estados Unidos en la guerra fría. Este segundo Gobierno Invisible recoge informaciones, conduce el espionaje y ejecuta operaciones en todo el mundo".

El Gobierno Invisible tiene para el cumplimiento de su cometido un cuantioso presupuesto que alcanzó en 1963 a 4 mil millones de dólares, es decir, unas quince veces el presupuesto total de Chile en divisas. De esta fabulosa cantidad, el Gobierno Invisible no da cuenta siquiera al poderoso Congreso de la Unión; ninguno de los tres Poderes del Estado sabe a ciencia cierta en qué se gasta tanto dinero. El Gobierno Invisible adopta para sus operaciones las formas más caprichosas y controla empresas privadas de variada índole, que le calzan como anillo al dedo de sus necesidades. Empresas aéreas, tiendas, líneas de navegación, compañías de seguros, bancos o casas impresoras constituyen el complejo andamiaje que utiliza en diversas partes del mundo.

Todo se realiza conforme a planes ultrasecretos, a los que no tienen acceso ni siquiera los altos funcionarios del Estado. "Se da como un hecho cierto que los embajadores norteamericanos actúan como los supremos representantes civiles del Presidente de los Estados Unidos - dicen los autores del libro -. Se les dice que tienen control sobre los agentes del Gobierno Invisible. Pero ¿lo ejercen ellos en realidad? La autoridad del embajador norteamericano ha sido considerada, por un comité del senado de los Estados Unidos, como una mera ficción de cortesía.

Generalmente se cree que el Gobierno Invisible está bajo el control directo del Consejo de Seguridad Nacional, que encabeza el Vicepresidente de la nación. En el hecho, muchas de sus más importantes decisiones ni siquiera son discutidas en este organismo. Un pequeño grupo, cuyo nombre sólo se murmura, es el que maneja y dispone de esta gran suma de poder. Muy pocos norteamericanos han oído hablar del "Grupo Especial", conocido también como Grupo 54/12. Sólo el círculo más íntimo del Gobierno Invisible tiene noción de sus actividades siempre calificadas de ultrasecretas.

Hasta ahora ellas se han traducido en el derrocamiento de a lo menos dos gobiernos extranjeros: el de Mossadegh, en Irán, en 1952, y el de Jacobo Arbenz, en Guatemala, en 1954. También fue el Gobierno Invisible quien planeó y montó la invasión de Cuba por Bahía Cochinos, para derrocar a Fidel Castro. Además financió y apoyó la sublevación del Dr. Sjafruddin Prawiranegara contra Sukarno, en Indonesia, en 1958. Intervino en Birmania e interviene en Vietnam. Organizó manifestaciones en Egipto. Mantiene transmisiones radiales a través de "Radio Europa" hacia los países comunistas de la Europa Oriental. Y ha realizado, por intermedio de sus diversas ramas, las más insólitas tareas en distintos países del mundo.

Los profesores Wise y Ross indican que el Gobierno Invisible que lleva a cabo estas tareas está constituido fundamentalmente por seis organismos, que son los siguientes: el Bureau de Inteligencia e Investigaciones (BIR), el Bureau Federal de Investigaciones (FBI), la Comisión Nacional de Energía Atómica (AEC), la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y la Agencia Central de Inteligencia(CIA).

Los tres primeros desarrollan una actividad relativamente reducida. Los tres últimos son los tres más poderosos, en términos de hombres que emplean, de dinero que disponen y de la influencia que ejercen. De ellos, la CIA resulta la más conocida y atacada en el extranjero, pero quizás la más poderosa e importante, y desde luego más ultrasecreto, es la NSA.

La NSA, entre cuyos empleados se da una cuota de suicidios y enfermedades mentales poco común, tiene misiones altamente complicadas, como la de descifrar los códigos y claves secretas de la Unión Soviética, China Comunista, otros países comunistas o neutrales y aún de los propios aliados de los Estados Unidos. Realiza investigaciones de criptoanálisis, computación y comunicación radial, y ha desarrollado equipos nuevos.

Investiga al personal de seguridad y aprueba la lealtad o integridad de los empleados. La materia prima para sus informaciones la obtiene por medio de 2 mil estaciones interceptoras instaladas alrededor del mundo, diseñadas para captar toda emanación electrónica y comunicación en el bloque comunista, tales como cuentas decrecientes para el lanzamiento de cohetes espaciales, sonidos indicadores de construcción industrial, órdenes militares para movimientos de tropa e instrucciones para la defensa aérea así como instalaciones de radar y escuadrones de combate. También colocó equipos especiales en los aviones U-2, que han volado sobre la URSS, sobre China Comunista y sobre Cuba. Igualmente, ha desarrollado en el plano interno de los EE.UU lo que se llama "vigilancia auditiva", es decir, intercepción telefónica.

La CIA, por su parte, ha devenido en el organismo más vastamente conocido, odiado y temido del Gobierno Invisible. Equivale a su "cerebro pensante" y su corazón político. Creada en 1947, mediante el Acta de Seguridad Nacional, sus tareas y fines se reducían a una labor de asesoramiento de la NSA y de coordinación del trabajo de las demás ramas de Inteligencia. Poco a poco, sin embargo, la CIA adquirió nuevas funciones y tomó mayor independencia de la NSA, hasta llegar a su obra máxima: la invasión de Cuba, para la que movilizó a 1.400 hombres, aviones, artillería y barcos.

Pero ya en 1948 se había autorizado a la CIA para desarrollar "operaciones especiales". Wise y Ross indican que para estas operaciones habían dos normas: que las operaciones fueran secretas, pero que en la contingencia de ser descubiertas, resultaran fácilmente negables para el Gobierno.

El mismo año sus "operaciones especiales" se iniciaron en Colombia, continuándose rápidamente: en 1950 predijo la guerra en Corea y puso en guardia a Truman; en 1952 arrojó paracaidistas sobre la China Roja; en 1952 derrocó a Mossadegh, en Irán; en 1956 intervino en Costa Rica; el mismo año obtuvo en forma espectacular, y hasta ahora no explicada, una copia del discurso secreto de Kruschev ante el Vigésimo Congreso del Partido Comunista ruso, con que se inició la destalinización.

Para cumplir cabalmente sus funciones, la CIA ha sido favorecida con varias leyes de excepción. Así tiene por ejemplo el derecho de introducir 100 extranjeros por año a los Estados Unidos, sin ceñirse a las leyes de inmigración. Además su presupuesto se mantiene en secreto.

Los autores Wise y Ross señalan que la Agencia está organizada en cuatro divisiones: Inteligencia, Planes, Investigación y Mantenimiento, cada una dirigida por un sub-director.

En sus operaciones en el extranjero la CIA utiliza dos expedientes; sus agentes están atornillados a las Embajadas, o bien actúan tras el parapeto de alguna firma comercial. Pero al igual que la Inteligencia Soviética, dicen los autores, la CIA insiste especialmente en la utilización de las embajadas como centros de espionaje, colocando en ellas a sus propios hombres, que siendo en apariencia funcionarios del Departamento del Estado, son en realidad, "yes-men" del Gobierno Invisible.

* http://www.apocatastasis.com/

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