sábado, mayo 28, 2005

Afganistán, centro de la producción mundial de opio


Foto: soldados estadounidenses en Afganistán.

Washington. Más de tres años después que el Pentágono invadiera a Afganistán, ese país está camino de convertirse en un narco-estado, controlado por los traficantes de droga, afirma hoy el diario Los Angeles Times.

El Departamento de Estado norteamericano consideró el comercio de afgano de narcóticos como "una amenaza enorme a la estabilidad" mundial, mientras la ONU estima que Afganistán produce 87 por ciento del opio del planeta, subraya el periódico.
En la actualidad el negocio de los estupefacientes en esa nación centroasiática está floreciendo, en parte por la estrategia de Estados Unidos para derrocar al movimiento Talibán, comenta.
Los Angeles Times recuerda que con tal propósito las fuerzas norteamericanas se aliaron a los llamados señores de la guerra, muchos de los cuales son los principales narcotraficantes del país.
Estos caudillos controlan redes que incluyen a productores, bandas delictivas e incluso a la policía, agrega.
La publicación resalta que el presidente Hamid Karzai designó para importantes cargos políticos y militares a varios de esos señores de la guerra.
Muchos traficantes son liberadores en menos de 48 horas, debido a la intervención de miembros del Ejecutivo, comentó al diario Alejandro Schmidt, vice jefe de la Oficina de la ONU para las Drogas y Crimen en Afganistán.
Las fuerzas del derrocado movimiento Talibán también se benefician de la producción de opio y del comercio de la heroína e incluso negocian con los caudillos aliados de Estados Unidos, indica el matutino.
Kabul predice que la cosecha de opio de este año será un 30 por ciento menor que la pasada, pero aún en caso de ser cierto, la baja producción disparará los precios de esa droga y por tanto animará la cosecha de amapola, considera.
El cotidiano comenta que antes de la invasión a Afganistán, el Departamento de Estado a negaba a apoyar a las fuerzas antitalibán, conocidas como la Alianza del Norte, por sus probados vínculos con el tráfico de droga.
Según Naciones Unidas, más de 10 millones de personas en el orbe son adictas a la morfina, la heroína y el opio afgano, y más de 10 mil mueren cada año por su consumo.
Hasta el año pasado, Afganistán era conocido como un exportador de opio, no un productor de heroína, pero con la ampliación del cultivo de la amapola y la inestabilidad reinante los laboratorios para refinar se mutiplicaron, apunta Los Angeles Times.

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