Foto: Mattluce. @DIN.
Por: Ahmed Amr*
(1ª Parte)
Cotidianamente llegan sin falta a los puertos de los EEUU, contenedores cargados de mercancías de todo el mundo. Entre otros, electrónica japonesa, autos europeos, textiles chinos e indios y petróleo árabe y venezolano. Y se distribuyen por todo el territorio desde el Golfo de México hasta Canadá, incluidos cuatro millones de crudo diarios. Al cabo de cada uno y de todos los días 5 mil millones de dólares de mercaderías y servicios se asientan en suelo estadounidense. Pero el valor de estos productos es muy superior debido a que en su mayor parte se producen con sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores del tercer mundo, que sólo ganan unos pocos dólares por día.
A cambio de esta montaña de tesoros importados, los EEUU envían contenedores cargados con armas, aviones civiles, alta tecnología, productos agrícolas y farmacéuticos, sobrevaluados. En términos de su desvalorizado dólar, los EEUU exportan diariamente tres mil millones de dólares en bienes y servicios.
Cuando se importa más de lo que exporta, se termina con un déficit comercial. Sin ir más lejos este año terminaremos con un déficit comercial de 2 mil millones diarios de promedio.
Contrariamente a lo que popularmente se cree, los EEUU son los productores menos competitivos del mundo. Desde 1976 los estadounidenses han venido generando consecutiva y exponencialmente déficit comerciales. El déficit comercial mide ciertamente la incapacidad del país de manufacturar productos que puedan competir en el mercado global. En las últimas tres décadas nuestros productos manufacturados han sido juzgados por nuestros socios comerciales o como muy caros o como de baja calidad o ambas cosas. Hay que convencerse de que si excluimos la exportación de armas y municiones -una industria en que nos destacamos-, nuestro déficit tradicional aumentaría unos 180 mil millones más.
Usted debería preguntarse por qué el resto del mundo se traga este enorme desbalance comercial de la mayor economía del planeta. La respuesta es muy simple -los EEUU producen una única divisa-: el dólar. Y todos los días nosotros exportamos dos mil millones de billetes nuevos para enfrentar nuestro diario déficit comercial.
En efecto, el Tesoro de los EEUU manufactura el 40% del total de nuestras exportaciones. Ahora bien, ¿porque tomaría nuestro papel moneda el resto de la humanidad si no tiene intenciones de usarla para comprar nuestras manufacturas?
Nuevamente la respuesta es simple - para comprar nuestros valores, nuestros bonos del tesoro y petróleo.
Este último item parece desconcertante. ¿Por qué necesita dólares el resto del mundo para comprar petróleo de un país que importa 12 millones de barriles diarios? Porque el petróleo se cotiza y se vende en dólares. Los países que tienen una fuerte dependencia de la importación de petróleo - como China, Japón y Europa Occidental- están obligados a disponer de cantidades de dólares para comprar petróleo en los Petro-imperios del Golfo.
De allí se deriva también otro beneficio, las economías petróleo dependientes tienden a invertir sus dólares en instrumentos de corto plazo del Tesoro -financiando así nuestro déficit y proveyendo créditos fáciles que alimentan nuestra propia burbuja.
Una parte sustancial de los petrodólares se vierte eventualmente en las arcas de los soberanos de los países petroleros, reciclándose en bonos estadounidenses, en propiedades y en valores de largo plazo. Los contratistas militares estadounidenses y británicos -como Halliburton- también celebran multimillonarios contratos en dólares con las monarquías del Golfo.
El botín generado por los enormes ingresos petroleros kuwaitíes y sauditas de estos dictadores hereditarios incluye el lavado de dinero a gran escala -ayudados y alentados por algunas empresas inversoras como el grupo Carlyle, la firma de la que el precedente secretario de estado James Baker era socio principal. George Bush padre y el Primer Ministro John Major también trabajaron en esta organización.
El primer ministro continua balbuceando incoherencias sobre la británica tradición de mantenerse "hombro a hombro" con los EEUU. Bueno, nuestros primos británicos abandonaron por conveniencia esta tradición durante la guerra de Vietnam. No estuvieron junto a nosotros cuando invadimos Panamá y criticaron nuestra intervención en Centro America. Pero parecen hallarse más que entusiasmados aceptando la invitación como nuestros socios bélicos en el Medio oriente, aunque Gran Bretaña sea un país exportador de petróleo.
¿Porqué será? ¿tendrá que ver con los 50 mil millones de dólares en armas vendidas a Saudi Arabia? O ¿estará más interesado Blair en las atractivas inversiones en petrodólares de Kuwait y Arabia Saudita? Creo que Tony está pensando en el después y en ser tan rico como John Major. Los sauditas entendieron siempre la importancia de las recompensas para cuando dejen sus funciones los ex Primeros Ministros y los ex Presidentes.
Si usted puede digerir el par de párrafos precedentes, comprenderá fácilmente cuales son las razones que tienen EEUU y Gran Bretaña para ser tan inflexibles en su decisión de ejercer la hegemonía sobre la región del Golfo. "Nada de sangre por petróleo" ha sido largamente el grito de batalla de quienes se oponen a la intervención militar directa de los EEUU en Medio Oriente. Es un eslogan que no suena sincero porque las compañías estadounidenses siguen pagando el ascendente precio del crudo árabe. Los que califican la guerra de misión "altruista" deben saber que los EEUU solo dependen del Golfo en un 12% diario de su consumo de petróleo y sólo en un 5% del total de energía que necesita. Un 40% procede de Texas, Alaska y Louisiana y la mayor parte del crudo que importamos se origina en Canadá, México y Venezuela.
Y para Downing Street también es una estupidez eso de "nada de sangre por petróleo" según las cifras de las exportaciones británicas.
Sobre el racional argumento de la imperial obsesión en Medio Oriente, los estadounidenses deben comprender que no se trata meramente de "crudo": Nuestros soldados y "marines" estan matando y muriendo para coercionar a un mundo hambriento de petróleo a acumular dólares estadounidenses para futuras compras de petróleo a Kuwait y Arabia saudita.
Pareciera que no existe una gran diferencia y que ese eslogan antiguerra es una tontería. Sin embargo es una diferencia que permite poner una coraza de hierro contra aquellos que todavía compran la tonta idea de que estamos en la región para promover la democracia y exportar "nuestros valores". En realidad nosotros instalamos guarniciones militares en la región para mantener el status del dólar como medio internacional de pago y convencer al mundo para que acepte nuestros déficit comerciales como un derecho de los EEUU. Estamos haciéndole al mundo una oferta que no puede rechazar.
Cuando logremos nuestro proyecto imperial en el Golfo, los estadounidenses acreditarán haber inventado una nueva clase de fraude imperial -exportación de divisas en gran escala. Las cifras en dólares involucradas en esta estafa son asombrosas. Sólo este año, nuestro déficit comercial excederá los setecientos mil millones de dólares. Sin nuestros dólares frescos los acuerdos con los monarcas absolutos de Kuwait y Arabia Saudita y nuestro actual control del petróleo iraquí, es improbable que el mundo vaya a continuar absorbiendo nuestras astronómicas cantidades de divisas a cambio de sus productos manufacturados. Nuestro despliegue militar en el Golfo no es para proteger nuestra "way of life", sino más bien nuestro estándar de vida.
(continuará)
* Editor de www.nilemedia.com una cyber-revista orientada a informar con lucidez sobre el mundo en general y Medio oriente en particular. Traducción para @DIN: Susana Merino.