sábado, abril 28, 2007

Preocupados por Cuba... ¡muy preocupados!



Por:
Miguel Ángel Llana
Rebelión
Revisado por Caty R.


Es sorprendente la preocupación que muestran los medios de comunicación, la gente, los amigos y todo el mundo por lo que pasa o deja de pasar en Cuba. Cualquier detalle adquiere vida propia y acaba en la primera plana de todos los periódicos y televisiones o en cualquier tertulia. No estamos hablando de EEUU ni de China o de la Unión Europea, no. No se trata de ningún país colosal por su población, extensión, riqueza o potencial económico; no hablamos de un estado que pueda romper el equilibrio mundial ni regional. Tampoco tiene yacimientos cuantiosos -de nada que valga la pena- que puedan satisfacer las necesidades crecientes e insaciables del mundo hegemónico Occidental que controla y domina el globo económica y militarmente.
¿Por qué entonces tanta preocupación? Cuba, para hacernos una idea de su potencial peligrosidad, con once millones de habitantes y 110.000 kilómetros cuadrados de superficie, es poco más grande que Portugal en población y extensión, y es uno más de tantos países de América, aunque por el bombo que le dan parece que ocupase toda América y fuera el amo del continente y del resto del mundo. Está claro: Cuba es un peligro, aunque no se sabe exactamente muy bien por qué; con lo poco que es y lo poco que significa, no se entiende a qué viene tanta preocupación. Seguramente, serán razones ocultas -que se escamotean- las que originan tanta preocupación, cuando Cuba ni siquiera tiene el control de su propio territorio. A los cubanos les está prohibido acercarse a una parte de su suelo soberano de Guantánamo y algo similar sucede con el espacio aéreo o marítimo, que se violan con frecuencia. Ante estas intimidaciones y provocaciones tiene que moverse con precaución conociendo y sufriendo a diario la política internacional del doble rasero. La isla es la más isla de todas las islas, la más asediada desde hace más tiempo.

Es de destacar que la Asamblea General A/53/293 de las Naciones Unidas de 1998, dedicada a "los Derechos Humanos y medidas coercitivas unilaterales" decía exactamente que "la promulgación y aplicación de la Ley Helms-Burton de sanciones contra Cuba es un ejemplo, el más despótico, del unilateralismo de Estados Unidos en las relaciones internacionales". El bloqueo y las sanciones de todo tipo, sin ninguna explicación de los motivos, se condenan incluso por las Naciones Unidas y han sido y siguen siendo el azote de la población cubana. Un bloqueo como ese durante un mes sobre cualquiera de los países de la Unión Europea provocaría su paralización y la hecatombe; y en EEUU bastaría con una semana, no sólo por la dependencia de aprovisionamiento de todo tipo de recursos y materias primas, sino porque la economía de mercado occidental funciona y vive de expectativas, es decir, es un puro negocio y como tal sólo las expectativas, favorables y a corto plazo, la mantienen; en caso contrario o de incertidumbre, el castillo se derrumba; sólo cuentan los beneficios, no las personas; el modelo carece de cualquier fin social.

¿Cómo ha podido Cuba resistir casi medio siglo de bloqueo, asedio y atentados? Sólo una sencilla fórmula que, como el agua, tiene dos únicos componentes: solidaridad y organización. Así de sencillo para los cubanos, aunque no tanto para sus enemigos que todavía no lo han entendido. Pero no son sólo palabras: en el año 2005 unos tremendos huracanes asolaron el Caribe y especialmente Cuba, pero gracias a la solidaridad y la organización (a pesar de la pobreza) todos se salvaron. Los mismos huracanes asolaron EEUU y la insolidaridad y la "organización" especulativa gubernamental provocaron en Nueva Orleans una catástrofe que afectó a los de siempre, a la población, que quedó reducida a la mitad en un año, por muertes o emigraciones como consecuencia del abandono de su gobierno. Ni siquiera por desidia, sino por no ser un objetivo estratégico (del Pentágono) al que le hubieran sobrado recursos. No parece que sea necesario dar más detalles de la actuación y respuesta dada por cada uno de los dos gobiernos y de su organización social y sus prioridades. Las consecuencias del huracán Katrina en Cuba y EEUU son elocuentes en sí mismas, pero se acentúan si se añaden las posibilidades económicas y materiales de cada país y la ausencia o presencia del binomio solidaridad y organización.

Pero a pesar de todo, siendo tan poca cosa y después de lo dicho, todos siguen muy preocupados por Cuba: se preocupan, dicen, porque no tiene libertades, porque no hay democracia, porque es pobre. Y no les falta razón, todo eso es verdad, pero nadie se plantea las mismas cuestiones sobre decenas de países del continente americano y del resto del mundo, cuando en Cuba hay menos mortalidad infantil que en cualquiera de esos países, incluido EEUU, menos analfabetismo y más desarrollo cultural, menos miseria y más solidaridad, menos "libre mercado" y más mercado social, equitativo. Y en esto está o no está la democracia, esos son los referentes, los que determinan sin dudas porqué hay más democracia y más participación democrática en Cuba que en EEUU o en cualquiera de los demás países americanos.

Aún hay más, Cuba no ha participado en los miles de vuelos secretos estadounidenses con la complicidad y participación de los países democráticos de la Unión Europea, ni tiene cárceles secretas en las que se tortura legalmente y se mantiene prisioneros durante años a los secuestrados, como ocurre en EEUU con cualquier sospechoso. En Cuba sólo hay un Guantánamo –no consentido por los cubanos- y desde luego no hay ningún Abu Graib ni ninguno de tantos otros infiernos estadounidenses, y de algún otro país, repartidos por el mundo.

Pero, ¿por qué tanta preocupación? Porque Cuba es un proyecto libre e independiente. Cuba es una idea en marcha consolidada. Y esta idea en marcha da mucho miedo: su proyecto y su "mal ejemplo" asustan. Y asustan más cuando a todo lo anterior se añade que Venezuela, Bolivia... y tantos otros que no quieren seguir siendo colonias también se convierten en una amenaza igual que Cuba, origen del foco contagioso.

Estas dos cuestiones arman el entramado conceptual de lo mediático: lo que es Cuba y, por otra parte, lo que puede significar en el contexto de la influencia mundial donde nunca tan poco –un pequeño e insignificante país- fue tanto en los quebraderos de cabeza de la Unión Europea y de su asustado imperio estadounidense, que ni duerme, obsesionado por la existencia de la isla. ¿Qué otra explicación tiene?

A pesar de todo, a pesar de tantas contradicciones, nunca se han visto tantas preguntas ni tanta preocupación por la democracia, elecciones, libertades, derechos…, la lista es interminable. Al mismo tiempo, ya que es un país que se visita tan frecuentemente, sobre todo por españoles que ni siquiera tienen la barrera del idioma para colarse en cualquiera de los ambientes de las ciudades, pueblos y barrios, dan ganas de preguntar a todos esos turistas que vuelven con tantas dudas a qué se ha dedicado allá si no se han enterado de dónde han estado. Por no hablar de los que no han ido y sin embargo lo saben todo sobre Cuba y están de vuelta.

En Cuba sigue habiendo menos analfabetos, pobres, delincuencia, presos, drogas, inseguridad ciudadana, racismo y hasta muchas más libertades, sí libertades, que en cualquier otro país del continente americano, incluido EEUU por supuesto, pero claro, con matizaciones. En determinados países, en determinados modelos de país, puede entrar todo el que tenga dinero en cantidad ya sea árabe, musulmán, cristiano, ateo, dictador o delincuente. Pero ninguno de estos delincuentes puede entrar en el otro modelo de país, Cuba, en el que sucede justamente lo contrario. No es necesario especificar a dónde van de compras y a veranear los mayores dictadores, las mayores fortunas, los mayores criminales y dónde tienen depositadas sus fortunas. Tampoco parece necesario decir lo queridos y populares que son semejantes personajes en sus propios países y menos cómo viven sus súbditos -miseria, paro, emigración- en lo material y en lo democrático. No hace falta decir dónde sucede todo esto y menos quiénes son los invitados permanentes y quiénes los anfitriones. Tampoco parece necesario insistir en que Cuba no es precisamente un paraíso para estos personajes, aunque sí lo era y mucho hace medio siglo; pero las cosas han cambiado y eso parece que es el origen y la causa de la preocupación de tantos.

En Cuba hay más estabilidad democrática que en cualquier otro país y así se demuestra que cuando Fidel Castro estuvo gravemente enfermo en la UVI, en plena "crisis" cubana nada menos que el Presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, dedicó casi una semana a participar en las jornadas "La Humanidad frente al Imperialismo" en Oviedo, junto con varias decenas de otros destacados conferenciantes, en octubre del año pasado, participando en mesas redondas, asistiendo desde el patio de butacas, como los demás, a las conferencias de otros ponentes o en el vestíbulo del Teatro Filarmónica compartiendo tertulia en los descansos, en las comidas y cenas, todo sin ningún problema y mezclándose con todos, conferenciantes y público asistente.

Esta multitud de dudas, interrogantes y certezas sobre Cuba se han estancado hace años y no evolucionan, ya se han convertido en tópicos. En vez de preguntar tan insistentemente si hay democracia, libertades y toda la letanía, ¿por qué no miran a su alrededor donde la respuesta está más que servida? No se trata de que la corrupción y el crimen generalizados eximan de nada, no es que el mal ajeno resuelva el propio, pero sí es necesario, como mínimo, relativizar las situaciones y sus causas. También convendría señalar y apuntar hacia el origen de lo que sucede y hacia los motivos y fines de los que promueven y mantienen la situación de tanta miseria y pobreza. Cada día mueren de hambre 36.000 personas en el mundo, pero me imagino que después de grandes sufrimientos, anemias, dolencias, dolores, asco o quién sabe qué tragedias, pero en todo caso ¿Es Cuba responsable de estas muertes? Da la impresión de que no, a juzgar por los millones y millones de dólares que otros –sus detractores, los que se preocupan- recaudan por la exportación de armas, patentes de medicamentos, alimentos, por lo que invierten en invasiones, guerras, bombardeos, ocupaciones y en las miles de bases militares equipadas hasta los topes con todo tipo de armas prohibidas -también nucleares- que poseen la mayoría de los países cuyos presidentes y sus gobiernos son tan bien recibidos y agasajados en los encuentros internacionales, siempre en los lugares de recreo y ocio, donde se celebran las reuniones de "trabajo".

Los partidos políticos, incondicionales administradores a sueldo -cómplices- del sistema y la presión mediática interesada, junto con la ausencia de espíritu crítico y de rebeldía ideológica, son la causa y están en el origen. Son los responsables de seguir el juego, de rechazar o aceptar –como está sucediendo- todo este montaje. Y así nos va.

domingo, abril 22, 2007

Como piel de cebolla…

Y la luz se hizo
(Como piel de cebolla… Sin corazón)

Por: Michel Balivo


Llevamos varias décadas comiendo cuentos, y por eso se viene apretando cada vez más el cinturón, porque lamentablemente los cuentos no engordan, no pueden sustituir a la comida. Los motivos por los que los países sudamericanos y del tercer mundo en general no crecen, son múltiples.
El más simple y evidente es que hemos sido reducidos a jornaleros y capataces en el mejor de los casos. Otros ponen el dinero o capital y cobran por tal riesgo. Es decir, arriesgan papelitos de colores que el viento se puede llevar o una llama accidental puede quemar, por lo cual han de cobrarnos un porcentaje adelantado, sin importar si hay pérdidas o ganancias.
Hay hechos concretos y hay mucho show, ruido, palabrería y prestidigitación o escamoteo en torno a tales hechos. Por ello creo que ahora más que nunca es bueno separar la dirección de los hechos concretos en pleno acontecimiento, poner de relieve aquellos que los medios de comunicación masiva esconden o disfrazan, clarificando el cúmulo de opiniones que circulan.
Hechos como los de Afganistán, Irak, Palestina, Líbano, hablan por si solos del trasfondo intencional que los impulsa así como de los métodos de violencia e irrespeto por la vida y su ecosistema. Tal vez uno no tenga claro del todo las intenciones que impulsan tales hechos y el alcance de los mismos.
Pero es evidente que lo que interesa no es la democracia, la paz ni el bienestar de los pueblos. Y si alguien ingenuamente creyera aún que todo esto interesa tendría cuando menos que admitir que los métodos o medios para llegar a tales fines son bastante extraños. Destruir infraestructuras y matar gente inocente difícilmente pueda conducir a los fines declamados.
Por otra parte tenemos las amenazas a Irán y Venezuela, todas ellas justificadas por diferentes motivos inventados para cada ocasión, que pueden ser o no en parte ciertos. Pero no son en todo caso diferentes ni mayores que los que suceden en todas partes, comenzando por los países que se declaran liberadores y pacificadores que exhiben los peores índices.
Si se mira debajo de las múltiples acusaciones siempre se encuentran los mismos motivos. Recursos naturales agotables imprescindibles para poder continuar con un modo de vida de despilfarro y consumo ya declarado hace décadas no viable. Geoestrategias de dominio planetario, métodos para volver ingobernables sociedades que plantean caminos alternativos al sistema depredador imperante.
Todo esto son los coletazos, los espasmos finales de un sistema que superpuso y confundió la representación abstracta, mental, con los hechos concretos. Por ejemplo le puso un impuesto a toda actividad productiva, tan simplemente como los señores feudales o los mafiosos cobran para proteger a la colectividad de si mismos.
Luego todo eso lo tradujo a dinero, y además toda transacción se debe realizar en dólares, y finalmente todo fluye y refluye ya a nivel de impulsos electrónicos, sin respaldo de oro, ni de tierras, productos. De ese modo en una bolsa de valores se puede especular con acciones y hacer quebrar en pocas horas un país que está en la otra esquina del mundo.
Nada ha sucedido en ese país, todo sigue normalmente, se produce, se trabaja, las viviendas están en pie. Pero las acciones infladas artificialmente cayeron y el país quebró. Ahora ese país es declarado inseguro y cualquier acreditación de capitales que sólo son impulsos electrónicos transferidos de una computadora a otra, para ellos vale el triple.
Por tanto se endeudan de por vida y quedan en manos de sus acreedores, vendieron el país y sus habitantes, hipotecaron para siempre su futuro. Todo ello porque construimos un mundo abstracto cuyos fines se alienaron y desviaron totalmente de su base orgánica, biológica.
El ser humano es, existe, satisface sus necesidades y se conoce a si mismo en su medio natural, en su ecosistema. Cuando concebimos el valor representativo del dinero, que es tan representativo como la democracia, y le damos una dirección no coherente con su entorno natural y humano, generamos un creciente sistema de tensiones que se manifiesta como conflicto social y existencial, estallando por acumulación en violencia.
Este sistema de representaciones abstractas, artificiales, ha reducido al ser humano a una función o apéndice económico al servicio de ciertos intereses e intenciones que también son acumulación y tropismo histórico social que evoluciona mecánicamente, es decir, sin conciencia de si mismo. A esto lo llamamos habitualmente ideologías separándolo netamente de la práctica o ejercicio socioeconómico, de lo que sí puede hacerse.
El resultado es que hoy en día un tercio de la humanidad ya no puede satisfacer sus necesidades y el resto lo hace cada vez con mayor esfuerzo y dificultad. Mientras que al intensificarse el saqueo del ecosistema en aras de un hedonismo consumista que no tiene finalidad ni conduce a parte alguna, agotamos los recursos no renovables de nuestro hábitat produciendo fuertes desajustes que amenazan la continuidad de la vida sobre el planeta Tierra.
De este modo cuando tú quieres “salir al mundo” para satisfacer tus necesidades te encuentras en “un mundo ajeno” en que todo tiene dueño. Y claro está los dueños son los herederos de aquellos que le pusieron impuestos a toda actividad, y acumularon ese diezmo por generaciones a costa de la mayoría que producía y había de aportar a unos pocos.
¿Cómo podía terminar un juego con tales reglas sino concentrando propiedades y poder de decisión en unas pocas manos? Así mismo como está terminando, con los productores viviendo como esclavos en un mundo que les resulta ajeno, con un ecosistema depredado y con unos explotadores en el paroxismo de su tropismo acumulado por centurias.
¿Cómo podría ser viable, sostenible un sistema donde tú sacas y sacas y sigues sacando sin reponer jamás nada? ¿Cómo podría una madre vivir si su hijo creciera y viviera pegado sólo de su seno? ¿Cómo sobreviviría un organismo con parásitos o cáncer? Simplemente llegaría como nosotros a un punto crítico donde eliminas el parasitismo o se desintegran ambos.
Así pues un medio u organización socioeconómica fuertemente represiva y enajenada de su entorno pone en evidencia la cara íntima del ser humano. Porque como dijimos somos, existimos, satisfacemos nuestras necesidades y nos conocemos a nosotros mismos en un medio natural e histórico, en un ejercicio económico direccionado por un conocimiento cultural.
Y cuando nuestra energía vital no tiene acceso ni punto de aplicación en su entorno se vuelve sobre si misma, se fija y experimenta como fuerte sistema de tensiones, al cual podemos llamarle genéricamente sufrimiento mental.
Eso por un lado se traduce a ensueño que no coincide para nada con la percepción y actividad práctica, vigílica del mundo. Y por otro se somatiza, se convierte en síntomas, en enfermedad, alteración de órganos, desintegración gradual de la siquis y el cuerpo. Por eso no tiene mayor sentido, o es sumamente limitado estudiar al ser humano como individuo o como familia.
Porque uno y otra se desenvuelven dentro de un entorno natural y un momento histórico particular, realizan un ejercicio económico y cultural heredado generacionalmente, mediante el cual satisfacen sus necesidades y aspiran a realizar sus anhelos o ensueños, sus sentidos de vida. Y cuando ese entorno se vuelve represivo la conciencia se sobrecarga, se sobretensa, se distancia del mundo percibido sumergiéndose en niveles penumbrales donde es tomada, sugestionada por ensueños, espejismos, alucinaciones que superpone a su percepción.
Entonces asistimos por ejemplo a un paisaje social erotizado donde las excesivas expectativas sexuales y afectivas hacen naufragar a la institución social del matrimonio y generan un abismo de género y generacional de incomunicación. Porque la energía que debería tener una dirección de acción transformadora de su entorno revierte sobre la misma siquis y el cuerpo.
Otra de las características de esta sobrecarga sexoafectiva es el mesianismo que tan claramente se expresa hoy en muchos líderes de las naciones en una época de supuesta racionalización. Así pues esta sobrecarga, este desequilibrio es justamente lo que pone en evidencia que hay un adentro y un afuera, una intimidad sicológica sentida y un mundo perceptual, visto, palpado, que la conciencia humana intenta mantener equilibrados.
Para comprender a un ser humano no alcanza observar a una persona intentando satisfacer sus necesidades. Para comprender a una pareja y familia no es suficiente interpretar sicológicamente sus relaciones.
Hay que reconocer que todas sus actividades y expectativas se desenvuelven en un medio histórico social heredado que las condiciona fuertemente. Toda la humana expresividad se realiza en un medio natural y es direccionada por un modelo mental de organización socioeconómica en continua y estructural interacción dinámica.
De este modo llegamos a la otra cara de los hechos que nos interesa separar de tanto ruido y show, que en gran parte como ya vimos se debe a la sobrecarga sexual y afectiva que sugestiona la conciencia enajenándola de su percepción y actividades vigílicas, erotizando todas sus expresiones en el mundo.
Nuestra prodigiosa capacidad de abstracción que nos ha permitido movernos en el horizonte temporal, anticiparnos a eventos, organizar y planificar nuestras actividades convenientemente dentro de los ciclos estacionales por ejemplo, debe ahora ajustar su mirada o modelo heredado a un futuro que responda a las necesidades humanas y a las exigencias y limitaciones ambientales que nuestras actividades ponen en evidencia en el ecosistema.
Nuestro modelo mental organizador socioeconómico debe crear una visión educadora de la conciencia en que somos y nos formamos como funciones vivientes que responden a necesidades biológicas y exigencias de un entorno natural e histórico social heredado. El desarrollo de la personalidad solo puede darse dentro del equilibrio de tal condición de la que depende para sobrevivir y crecer.
Todos los elementos de tal organización han de tener acceso garantizado a sus necesidades y derechos comprendiendo que de no resultar así se vuelve inviable, insostenible, porque en la vida todo es estructuralidad, todo es reciprocidad, flujo y reflujo equilibrado. Tanto tomas tanto das, tanto das tanto tomas. Trata a los demás como deseas ser tratado.
Todas las funciones de nuestro cuerpo lo evidencian, no puedes comer más de lo necesario porque deterioras tu salud, no puedes seguir comiendo sin eliminar los residuos de la anterior comida porque te intoxicas. No puedes inspirar sin expirar primero, no puedes agarrar nada más si no abres la mano y sueltas primero eso que aferras.
Esa es la educación bolivariana que se propone. El primer reconocimiento es que toda educación es intencional, tiene una finalidad. Educas para algo, educas con un modelo de vida en vista, educas apuntando a un futuro que visualizas. Y educas dentro de un plan estratégico de la nación, de la confederación de comunidades autogestionadas.
Por tanto a medida que educas propicias ámbitos donde tales conocimientos puedan ser puestos en práctica, interiorizados, integrados a la personalidad. Ya no se trata de conocimiento abstracto sin aplicación en ninguna parte, sino de conocimiento aplicado que desarrolla la conciencia en base a registros de acierto y error.
Cada grupo de estudiantes desarrolla un plan que ha de aplicar a su comunidad, pues crece dentro de ella, sintiéndose parte responsable y protagónica, sabiéndose cosechador de las semillas que siembra. Los registros de acierto o error en la aplicación del conocimiento no se refieren solo a realizar bien una tarea propuesta.
Cada pensamiento da dirección, guía la energía vital a la acción. Cada dirección de acción da registros de acierto o error a nivel de salud-enfermedad, es decir equilibrio o deterioro orgánico. Pero además cada dirección de acción genera diferenciación o complementación creciente con mi entorno natural y humano. Así por ejemplo van surgiendo sistemas de tensión que se traducen a imágenes de superioridad-inferioridad que justifican imponerle mis intenciones a mis semejantes y que por acumulación desembocan en violencia, conflicto social, guerra.
Cuando desarrollo esa dirección de acciones y ese tipo de imágenes me siento separado y diferente, enajenado de mi entorno, solo. Entonces lo compenso con ensueños de dinero, sexo y prestigio, que colectivamente van configurando un modelo mental de violencia que inevitablemente conduce a las circunstancias que hoy hacen crisis en nuestra sociedad.
No es extraño entonces que nos sintamos enajenados de nuestro entorno y que todas nuestras instituciones sociales naufraguen. Que cada vez se evidencien mayores sicosis y neurosis y que todo esto se somatice en extrañas enfermedades que dan cuenta de la desintegración sicobiológica creciente. A su vez todo esto evidencia la estructuralidad de la conciencia humana con su ecosistema que manifiesta los mismos síntomas de alteración.
Es dentro de este contexto que se puede diferenciar la dirección de los hechos integradores continentales del sur, de todas las habladurías bien o mal intencionadas que se hacen circular y se le superponen.
Esta semana en el Aló Presidente se inauguraron veinte empresas sociales de última tecnología para procesar leche, maíz y petroquímicas. Todo ello con transferencia tecnológica iraní. Irán y Venezuela crearon un Fondo de Inversiones mil millonario en dólares para el desarrollo de las naciones sudamericanas. Ya se está invirtiendo también en Nicaragua y Bolivia. Ahora se propone una empresa estatal entre Irán y Venezuela en principio, para importar-exportar entre Sudamérica y el Medio Oriente.
En esa misma dirección se realizó la Cumbre Energética de Margarita en estos días donde se acordó el nombre de Unasur a la naciente Unión de Naciones del Sur y una Secretaría permanente que se localizará en Quito, Ecuador, que necesariamente comenzará a defender los intereses reales del continente a los cuales la OEA solo es representativa.
También se creó un Consejo Energético como base de la estrategia para la integración. Dentro de las propuestas está el ahorro y la diversificación de matrices energéticas. Venezuela por ejemplo cambiando los motores de gasolina a gas producirá un ahorro anual de diez mil millones de dólares, mientras que con la sustitución ya realizada de bombillas incandescentes por las de luz fría ahorrará otros dos mil millones.
Como línea general Venezuela está planteando que todo esto que se realiza con Irán, por tomar sólo un ejemplo, se planifique para realizarlo simultáneamente en todo el continente acorde a las necesidades de cada nación y pueblo.
La misma dirección lleva la fundación del Banco del Sur a la que Brasil termina de declarar también su adhesión, así como el comenzar a comerciar en monedas locales sin cambio a dólares y en muchos casos como intercambio directo de productos y tecnologías.
Con lo cual necesariamente se amplia y abarata el acceso y los costos del dinero eliminando la intermediación del FMI y el BM y los intereses que representa, con todas sus imposiciones y chantajes. Con estas direcciones de acción concretas, que no son sino la expresión de intenciones, de un sistema de intereses copresente, me parece que se aclara bastante lo que es, de aquello que lo representa, la luna del dedo que la señala.
Quisiera terminar pintando de algún modo una cara de la revolución, de esta coyuntura histórica planetaria, que por lo general la descripción racional de hechos no pone en evidencia. Y en consecuencia nos pasa desapercibida, cuando en realidad es el verdadero motor y sentido de todo.
En Venezuela como en todas partes vivíamos sin esperanza, presas del escepticismo. Sobrevivíamos, durábamos, esperábamos que los días pasaran, que tal vez algún dios se apiadara y cambiara las cosas, que la lotería nos sonriera. En Venezuela como en todas partes éramos espectadores pasivos de las aventuras de galanes de telenovelas y héroes de películas hollywoodenses.
Hoy el ejército ya no reprime, se suma al pueblo, se sabe pueblo armado y recuerda la sentencia bolivariana: “Maldito aquél soldado que levante un fusil contra su pueblo.” Una nueva visión y dirección de acción estratégica imprescindible para que siga habiendo futuro comienza a hacerse gradualmente conciencia social.
Pero lo más hermoso y significativo de todo es que la sensibilidad esencial humana enajenada, ensimismada, comienza a abrirse paso lentamente hacia el mundo nuevamente. Volvemos a ser protagonistas de nuestras vidas, a reconocer nuestros propios sentimientos, a ejercer nuestro derecho natural de elegir como queremos vivir y morir si es necesario.
Las comunidades empiezan a tomar decisiones sobre sus espacios y modos de vida, vuelven a hacerse responsables de sus participantes. Los indigentes son recogidos de la calle y si así lo desean se les restablecen todos sus derechos, se les da todo lo necesario para que vuelvan a sentirse seres humanos creativos, productivos, útiles, valiosos. Para que renazcan de su condición enajenada de cosas motivada por un modelo social excluyente.
La alegría de vivir ha vuelto a las calles, al mundo, Venezuela comienza a verse humana y por ende bonita. No nos preguntamos si esto es o no perfecto, ideal. Solo sentimos nuevamente que la vida vale la pena vivirla, que juntos podemos construir un mañana más satisfactorio. Que no nos espera ninguna catástrofe paralizante de nuestras fuerzas creativas, sino el desarrollo creciente de nuestras capacidades. Y eso es todo cuanto necesitamos sentir y saber para avanzar con confianza en nuestras fuerzas a futuro.

La prensa partidaria en la Córdoba rebelde: La Revista Posición (1972-1974)

Por Diego Salerno *  El examen de la experiencia político-cultural de la revista Posición es el principal objetivo de nuestra investigación...