Composición gráfica: Ana María Silva Por: Susana Merino En el seno de nuestra tan deteriorada democracia es habitual calificar rápida e irresponsablemente de izquierdas o de derechas a todas las tendencias políticas y a sus sostenedores, incluyendo desde los sectores aspirantes al poder sendas variables: centro izquierda y centro derecha, en vano intento de captar un espectro más amplio de voluntades y ahuyentar algunos fantasmas recurrentes del pasado propio o ajeno, como pueden ser el comunismo en el primer caso y el fascismo en el segundo. Estoy convencida de que sólo se trata de contraponer con maquiavélica intencionalidad visiones de la realidad y propuestas claramente contradictorias cuyo objeto no es ciertamente mejorar las condiciones de vida de la sociedad sino capitalizar a favor de uno u otro segmento de opinión suficientes ventajas como para imponer este o aquel modelo, o capitalista o socialista y de esta manera dificultar los necesarios acuerdos sobre un común de
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