Por Javier Rodríguez Pardo Los minerales no abundan. El Norte agotó sus recursos naturales más allá de sus fronteras y no tiene intenciones de abandonar derroche y consumismo. En el año 1900 Estados Unidos extraía minerales de cobre con una ley promedio del 5% y en la actualidad es inferior al 0,4%; diferencia abismal que indica la escasez del recurso. Sin embargo, los precios mantienen su brusca caída merced a la extracción de volúmenes mayores de mineral, de ley cada vez más baja. Dada las condiciones, la industria minera ideó un método siniestro. Primero detecta de manera satelital los yacimientos, aquellos sitios donde hay más concentración de minerales, generalmente diseminados en extensiones kilométricas y, por supuesto, poli metálicos. Y luego aplica un cóctel de sustancias químicas que le permite atrapar el mineral sin importarle secar acuíferos, desviar ríos, destruir glaciares y volar montañas con promiscuidad dinamitera a cielo abierto. El método no se caracteriza por manten
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