Para un país tan grande y con una población de 1.300 millones de habitantes, la materialización de la emergencia pacífica es una cuestión nada fácil. Particularmente en la primera mitad del siglo XXI, China vivió un “período áureo de desarrollo” y a la vez un “período de contradicciones notables”. En cuanto a las contradicciones notables, al referirse al desarrollo económico y social, las fundamentales son tres grandes desafíos. Ellos son los que siguen: El primero es el desafío de recursos; sobre todo, energéticos. En lo que se refiere a la posesión de recursos per cápita, China se halla en las filas traseras del mundo. En cambio, el gran país figura entre las primeras filas en cuanto al consumo por unidad y global de recursos. Incluido el consumo de energéticos -por la alta velocidad de su desarrollo y el bajo nivel general de su ciencia y tecnología. Además de esto, el traslado masivo de la industria manufacturera mundial a China trae, también, “traslado de consumo energético” en g
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