jueves, junio 09, 2022

La prensa partidaria en la Córdoba rebelde: La Revista Posición (1972-1974)


Por Diego Salerno *

 El examen de la experiencia político-cultural de la revista Posición es el principal objetivo de nuestra investigación. Esta publicación se comenzó a editar en Córdoba a fines de 1972 y formó parte de la prensa legal vinculada al Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Nos centraremos en analizar las estrategias discursivas de Posición como órgano vocero del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS) haciendo hincapié, por un lado, en los posicionamientos de la revista frente a los gobiernos peronistas y la situación político-sindical de Córdoba, por otro, en los planteos en torno a la formación de un frente político de las diversas fuerzas combativas y revolucionarias de la Argentina. 
Hemos podido acceder a siete números de la revista Posición. Los de una primera etapa entre diciembre de 1972 y mayo de 1973 que abarcan desde el primer número hasta el número cinco en un contexto político nacional dominado por el retorno del peronismo al gobierno y en el espacio local por una intensa radicalización política e ideológica. Los últimos tres corresponden a los publicados entre enero y abril de 1974 en plena presidencia de Perón y, en Córdoba, en el marco de la crisis y caída del gobierno de Obregón Cano y Atilio López que derivo en el golpe policial conocido como Navarrazo y la Intervención Federal al poder Ejecutivo Provincial. 
Por razones de extensión privilegiaremos el abordaje de este último período. A partir del Cordobazo se profundizó en la Argentina una crisis de la dominación social. Una de las manifestaciones más importantes de ese proceso fue el crecimiento de las organizaciones políticas de la izquierda revolucionaria. Una de las que tuvieron mayor influencia en el escenario político fue el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) (Pozzi, Stavale, Boholasvky). 
En el marco de sus iniciativas de fortalecer las tareas de propaganda fue organizando un aparato de prensa compuesto por diversas publicaciones. En 1968 apareció El Combatiente como órgano del PRT. Con la organización del ERP comenzó a editarse en 1970 el periódico Estrella Roja. Además de estas publicaciones vinculadas directamente con la estructura partidaria se desarrolló otra estrategia de propaganda tendiente a sostener órganos de prensa de alcance más amplio y dotados de cierta autonomía. Son los ejemplos del diario El Mundo y de la revista Nuevo Hombre. El objetivo de lograr la unidad formó parte de la estrategia de las diversas fuerzas políticas de la izquierda revolucionaria. Una nueva iniciativa fue impulsada durante 1973 por el PRT-ERP “para alcanzar acuerdos políticos entre las fuerzas revolucionarias y progresistas, principalmente peronistas y marxistas”: el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). Formaron parte del mismo organizaciones políticas y político-militares , organizaciones populares , sindicales y de trabajadores y también, grupos culturales y publicaciones. Contó con la participación de referentes de la izquierda revolucionaria como Agustín Tosco, Silvio Frondizi, Alicia Eguren y Armando Jaime y realizó tres congresos entre 1973 y 1974. 
 El FAS planteaba en su programa avanzar en: (…) unir las luchas de todos los sectores sociales, los obreros, los campesinos pobres y pequeños comerciantes, etc., verdaderamente interesados en llevar adelante una lucha por la democracia, en el camino de la liberación nacional y social que acabe con el injusto sistema de dominación burgués-imperialista y de constituir una sociedad más justa sin explotadores y opresores, sin explotados ni oprimidos, en la necesidad de unir a todas las fuerzas del conjunto del pueblo, ya sean socialistas, comunistas, peronistas progresistas y revolucionarios, radicales y cristianos de izquierda, y demás sectores que estén interesados en hacer la revolución contra la gran burguesía, la oligarquía y el imperialismo e instaurar un gobierno obrero y popular socialista. 
El FAS organizó regionales en varias provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Mendoza y Santiago del Estero. 
La regional Córdoba fue la que tuvo mayor dinamismo en la construcción orgánica y política del frente y por ello la dirección nacional (Comité Ejecutivo Permanente) estaba radicada en esa ciudad. Un militante del Grupo El Obrero recuerda que el funcionamiento del frente en dicha provincia fue “un ejemplo de democracia, y mientras se pudo sostener esa dinámica, se funcionaba por plenario. Todos los domingos había una reunión de 300, 400 militantes, de todos los frentes” (Silva Mariños, 2017, p. 111). 

La Revista Posición 

Esta publicación formó parte del conjunto de medios de prensa escrita que desarrolló el PRT-ERP y debe ser definida como un caso de prensa partidaria. Al respecto es necesario exponer la distinción entre las diversas formas utilizadas por las organizaciones políticas de ese período: Prensa de partido: es la desarrollada por una organización política o partido con el fin de difundir su ideario, captar nuevos adherentes y realizar su propaganda; la escriben los cuadros que dirigen el partido. 
Podemos subdividirla en “prensa del partido” propiamente dicha, que depende orgánicamente de una dirección partidaria, y otra que decidimos nombrar ‘prensa partidaria’, ya que esta es realizada por militantes que integran una organización, con la cual tienen vínculos de mayor o menor consideración, pero que mantienen cierta independencia profesional al llevar adelante su tarea periodística, tanto en lo que hace a lo formal como en el contenido. 
 En el siguiente testimonio, Abel Bohoslavsky, militante del PRT-ERP y además colaborador de Posición describe el aparato nacional de propaganda de esa organización donde se insertaba la publicación de Córdoba: 

Prensa Legal se le denominaba internamente a toda publicación que no era propiamente partidista, como El Combatiente, Estrella Roja y los numerosos Boletines Fabriles del PRT, que eran de edición y circulación clandestinas. Ciertamente, esas publicaciones, como Hombre Nuevo y Posición, o el diario El Mundo, eran de circulación legal no clandestina y sobrevivieron hasta que la legalidad política lo permitió. 
Cada colectivo era autónomo en relación a los otros, pero todos eran herramientas de educación y propaganda de la ideología y la política del PRT. Yo integré la Comisión Nacional de Propaganda del PRT en 1971, encargada de la redacción de El Combatiente, en ese período se fundó Estrella Roja. Funcionaba en Córdoba. 
Además, se editaban folletos de alcance nacional y regional. Era un genuino equipo cuyo responsable era Luis Ortolani (Julio Parra), y lo integraban Liliana Delfino (Ana), Cervatto (Darío), Pablo Pavich (Pascual), Rebeca (ignoro su verdadera identidad), Carlos Correa (el Perro). Ocasionalmente, participaba en alguna reunión Mario Roberto Santucho. 
La orientación general de la línea política del Partido era muy clara. Pero el equipo de redacción tenía mucha autonomía y bastante debate. En ese período surgió Hombre Nuevo, también promovida por el PRT como revista extrapartidaria, pero no teníamos vínculo directo, porque su equipo y redacción estaba en Buenos Aires. 
Cuando yo me integré a Posición en 1973, la revista estaba en pleno funcionamiento. También, su testimonio permite examinar la relación entre partido y prensa partidaria: La dirección de Posición la mantenía el PRT, pero jamás se plantearon posturas contrapuestas. La orientación perretista era clara, la revista era resueltamente frentista, dentro de nuestra concepción de frente antimperialista y socialista. Más que una cuestión de “mandos” lo que había era una identidad ideológica y política en todos nosotros. 
Las cuestiones prácticas de redacción, edición, contenidos, las resolvía el colectivo. La cuestión del sustento económico sí era exclusiva del PRT y las resolvía el director en relación con la dirección partidaria. El colectivo de Posición funcionaba así: con mucha autonomía en la selección de temas y en plena coincidencia con la línea política del PRT. 

 ¿Cómo se produjo su ingreso a Posición? ¿Cómo participaba de las actividades de la revista? ¿Recuerda alguno de los artículos que escribió?  

Tal como dije anteriormente, yo había pertenecido años atrás al equipo de la Comisión Nacional de Propaganda del PRT. En 1973, integré equipos en los frentes de Sanidad, de Municipales y del denominado frente legal, que era el que se encargaba de la dirección regional del Frente Antimperialista por el Socialismo (FAS). Mi ingreso al equipo de Posición se produjo por iniciativa de algunos compañeros de la época, tanto por mi experiencia anterior como por mi vocación en las tareas de formación ideológica y propaganda. Mis tareas eran de investigación de temas, debate y corrección de artículos elaborados por otros compañeros, redacción. Entre los artículos cuyos borradores redacté, recuerdo “La Gendarmería custodia las fronteras del capitalismo” y la introducción a la separata que se tituló “Carta del Viejo Pedro a las bases peronistas”, reseñando la vida de Pedro Milesi y las circunstancias históricas en que surge el peronismo. En relación con los orígenes de Posición esta tuvo un antecedente en la revista Zona editada en Oncativo por Nelso Del Vecchio y Ernesto Pettigiani, psiquiatra, director del Hospital de Oliva. Poco después, un miembro del PRT les propuso hacer una revista de izquierda. Ofreciéndoles además financiamiento, para convertir al pequeño periódico de pueblo en publicación de tirada regional. En el “paquete” incorporaron, además, la adquisición de una imprenta. 
 El grupo original que llevó adelante la propuesta de la revista Posición estaba conformado por Pettigiani como director y Del Vecchio como codirector. Silvia Pettigiani estaba a cargo de la Secretaria de Redacción y los primeros redactores fueron Roberto Capmbell, Rosa Yurevich, Manuel Rodríguez y Ricardo Cesaris. La diagramación la realizaba Nolberto Torri. Además, figuraban Antonio Abel Copetti y Sara Kahan en Relaciones Públicas. Como fotógrafas aportaban su trabajo, Alicia Wieland y Ana, ambas integrantes del equipo de prensa del PRT. La redacción estaba en la calle Brasil 670 del Barrio Güemes: una bonita casa del barrio Güemes, con techo a dos aguas y tejas, sobre la calle Brasil a tres cuadras de la Cañada. Construida sobre una plataforma, debían remontarse tres escalones para alcanzar la ancha puerta de madera. Se ingresaba a un vestíbulo (…) se arribaba a una recepción, donde se había instalado un escritorio, con teléfono y una canasta para recibir las colaboraciones periodísticas A su izquierda, una cómoda sala, sobriamente amoblada, constituía la dirección. A la derecha, la redacción, propiamente dicha. 
 En los primeros números de Posición, hasta el cinco o seis se publicaban los nombres de quienes integraban su equipo periodístico. Y los colaboradores solían firmar sus artículos. Eso fue cambiando, “con las diferentes interpretaciones de su rol por la conducción del partido” y, también, con el aumento de la represión. En los últimos números sólo aparecían los nombres del director y subdirector en una de las páginas finales. Como colaboradores figuraron Agustín Tosco, Rene Salamanca, Atilio López, el cura tercermundista Miguel Ramondetti y Manuel Gaggero (dirigente del PRT), Roberto Reyna y Carlos Enrique Bischoff. 
 Un componente importante de la revista era el denominado “consejo de notables”. Este grupo, revisaba escrupulosamente los artículos antes de su publicación. Lo integraban miembros de la dirección del PRT, junto a representantes de cada fuerza que constituían el FAS: A alguno de ellos los conocíamos sólo por seudónimos, de otros sabíamos sus apellidos e incluso el nombre completo. Además de “Bigote” por el PRT, habitualmente participaban “El Vasco” y César Argarañaz con “La Negra”, su esposa, (…) un rubio de apellido Bischoff, que representaba a las Fuerzas Armadas de Liberación fracción “Che Guevara”, “El Gordo” también de la FAL, pero de su fracción “América Latina”. Roberto Reyna periodista del diario “Córdoba” por los CPL (Comandos Populares de Liberación). Otra “Negra” por la “Columna Sabino Navarro” de Montoneros. El “Zorro” , del partido El Obrero, Roberto Campbell por el Movimiento Sindical Combativo, el “Negro” Flores de SITRAC-SITRAM, el “Negro” Villa por el sindicato de Perkins y “Chacho” del FRP. En fin, un grupo de “notables” , de número variable por lo general no menos de diez personas, solía reunirse antes de cada publicación. 
 El grupo de Posición abarcaba un amplio abanico de actividades de prensa. Controlaba las ediciones de las revistas Posición y Patria Nueva. Esta última, a color y tamaño tabloide, se hacía en otra imprenta, de la ciudad de Córdoba. También se realizaba la corresponsalía de El Mundo. Y de vez en cuando se lograba publicar algún artículo en el diario Córdoba. Además se imprimían libros, varias revistas de sindicatos como Perkins o Luz y Fuerza, e innumerables folletos, afiches, o desplegables para asociaciones vecinales, grupos artísticos, centros universitarios. 
El equipo completo estaba compuesto por unas catorce o quince personas, entre los cuales había redactores y diseñadores, fotógrafos y dos abogados. Además, la revista contaba con corresponsales en Tucumán, Rosario, Santa Fe, Chaco, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, La Rioja, San Juan, San Luis e incluso en La Paz (Bolivia) y vínculos con Prensa Latina y Agencia Noticiera Sindical. 
 El primer número de la revista apareció el 20 de diciembre de 1972 “desde esta forja de hombres y de conciencias como es hoy la ciudad de Córdoba”. Debía representar a un amplio espectro de fuerzas antiimperialistas y socialistas y transformarse en vocero del FAS. En la editorial inaugural se definía el propósito de la nueva publicación: Revista Posición sale con objetivos perfectamente definidos: llegar a todos los sectores de población cordobesa, capital e interior, con notas y reportajes analizados y encarados desde el punto de vista social intentando sedimentar en el ánimo de los lectores las bases que puedan llevarnos al cambio de mentalidad punto inicial del nuevo hombre americano que ya está en marcha. 
Deliberadamente hemos dejado de lado a los profesionales consagrados del periodismo, para brindar la oportunidad que el sistema niega permanentemente (…) a tantos periodistas natos que existen en los diferentes estratos sociales (…) nuestros columnistas y colaboradores, viven con ustedes, son sus auténticos representantes. Al analizar la organización de los contenidos y las temáticas abordadas podemos, a partir de los ejemplares disponibles, identificar dos momentos en la trayectoria de Posición. En el primero que abarca los primeros cinco números observamos el recurso de identificar secciones especiales con una gran disparidad temática. Por ejemplo en Mundo, que abría los contenidos en esta etapa, se incluyeron varias notas sobre Vietnam , Chile y Uruguay. En la sección País, la más importante, aparecieron notas tanto sobre la situación política nacional y provincial como informes y reportajes relacionados con nuevas organizaciones políticas frentistas. 
Un espacio relevante ocupó la temática de las “villas de miseria” de la ciudad de Córdoba con varios artículos dedicados a describir y denunciar condiciones de vida, pero también a dar voz, a sus pobladores e informar sobre las iniciativas de organización desarrolladas en ese espacio. Por último, al destacar las secciones más importantes hay que sumar a Gremiales. Fue de interés permanente informar sobre el avance de movimientos antiburocráticos y del clasismo en el movimiento obrero de Córdoba -los casos de Municipales, sindicato de Perkins , SMATA- y del resto del país -la CGT de Salta y el caso emblemático de Villa Constitución-. También se destacó en esta área de contenidos las notas que realzaban la combatividad de la regional local de la CGT. 
 Por otra parte en algunas secciones de la revista se hace palpable una disparidad de temas, ya mencionada como particularidad de esa primera etapa. Por ejemplo, Informe, en el número 3 incluye artículos sobre estudiantes universitarios, villas y un documento sobre “Evangelio y Política” difundido por sacerdotes de Bolivia. La misma sobrecarga informativa ofrece la sección Salud -con creciente inserción en los contenidos de la revista-. 
En el número 4 se incluyeron tres notas sobre la situación sanitaria nacional, la “represión de la locura” y la problemática de los médicos no rentados en Córdoba. Finalmente, también hubo lugar para notas sobre cultura: cine, teatro, deportes (sólo fútbol) e incluso historia argentina. Una estrategia que se inaugura en el número 5 de abril de 1973 es la inclusión de suplementos especiales. El primero incluyó una serie de reportajes a figuras destacadas de la izquierda cordobesa como Agustín Tosco, Atilio López, Rene Salamanca, un dirigente del SITRAC -Carlos Massera- y el diputado nacional de la Juventud Peronista, Rodolfo Vitar. Además se incluyó un documento del Peronismo de Base. Consideramos importante sostener que esos suplementos, junto con la editorial, se convirtieron en el núcleo discursivo más importante de Posición en el inicio de un segundo momento en la trayectoria de la revista, de mayor heterogeneidad temática, presente en los números publicados en el año 1974. Posición, entre el retorno del peronismo al gobierno y el proyecto de unidad de las fuerzas revolucionarias (diciembre de 1972 a mayo de 1973). 
En el primer número aparecen tres artículos que sirven para definir la principal línea discursiva de la revista en torno a servir de herramienta para lograr la unidad de las fuerzas combativas y revolucionarias. Son ellos, “País”, “Asamblea de Fuerzas Populares” y “Tosco Hoy”. En el primero de ellos se aborda la situación política analizando el retorno de Perón a la Argentina. Este hecho se inscribe: en el marco político de la lucha de clases acentuada entre la burguesía y la clase obrera, que a partir del Cordobazo en 1969, comienza a agudizarse, produciendo posteriormente hechos similares, tanto o más importantes, como el Mendozazo, Viborazo, Tucumanazo, etc. 
Luchas que se encargaron de barrer con los gobiernos de Onganía y Levingston, hasta desencadenar el proceso eleccionario que el General Lanusse, a través del GAN, se vio obligado a convocar. Frente a esta situación de crisis profunda se plantea que: el retorno del general Perón como prenda de paz y conciliación de los argentinos es consecuencia de la creciente toma de conciencia de las masas y de las luchas populares, que le ha obligado a definirse en este caso como el conciliador de la lucha de clases, como freno al avance del campo popular progresista. Perón no ha vuelto para ponerse al frente de las luchas populares y jugar un rol revolucionario, sino que lo ha hecho para tratar de formar un frente burgués, para negociar con las Fuerzas Armadas. Por otra parte, se sostiene que frente a la postura de Perón de apoyar a los sectores tradicionales de su movimiento, se abría la posibilidad de una ruptura de sus sectores revolucionarios: muchos de estos grupos combativos (…) se aprestan a buscar nuevas alternativas en alianza con sectores de la izquierda marxista, para constituir un frente o movimiento que nuclee a todos los que han expresado su desacuerdo con la política del GAN. 
 El segundo artículo se titula “Asamblea de Fuerzas Populares”. En él se describe la reunión realizada el 3 de diciembre de 1972 en la ciudad de Córdoba que convocó a representantes de organizaciones políticas y gremiales para impulsar la creación de un Frente Antiimperialista. Entre otras, el Movimiento Popular de Córdoba, el Partido Popular Santafecino, la Coordinadora de Comités de Base (Capital Federal), el Bloque de Agrupaciones Peronistas de Apoyo a la CGT de los Argentinos (Paraná) y el Movimiento Socialista Revolucionario (Santa Fe). Las deliberaciones de los más de 200 delegados fueron presididas por Silvio Frondizi, designándose como presidentes honorarios de la asamblea a “todos los presos políticos y los caídos en defensa de los intereses de la clase obrera y el pueblo”. Se destaca de esa primera convocatoria frentista: La importancia de la reunión no ha sido tanto por el volumen numérico de la misma, cuanto, por su significado político, ya que aparece hasta hoy como el más serio esfuerzo para desarrollar desde el ángulo proletariado, y con método marxista, una herramienta táctica tan fundamental que permitiría unir contra el enemigo principal (la dictadura y el imperialismo) a los sectores más consecuentemente nacionalista y democráticos. A partir de la asamblea se propone: Construir, sin sectarismos, una herramienta política que canalice en forma orgánica y planificada, las grandes luchas espontáneas de las masas contra los enemigos de clase, apoyándose en las reivindicaciones más sentidas por el pueblo en ese momento, la defensa de las libertadas democráticas y la defensa de la independencia nacional (...) Se podría decir que, en la Asamblea del 3 de diciembre, ha quedado constituido, a nivel de direcciones políticas y obreras, un embrión de frente antiimperialista”. Al mismo tiempo se exponían las diferencias con otras propuestas frentistas provenientes del amplio universo de la izquierda. Por ejemplo, se criticaba la estrategia del Partido Comunista basada en la “concepción democrático-burguesa de frente popular y las posiciones del Frente de Izquierda Popular (FIP) de Abelardo Ramos y del Partido Socialista Argentino (PSA) de Juan Carlos Coral. A este último, de mayor inserción entre la clase obrera industrial, se le cuestionaban sus métodos economicistas – el gris sindicalismo- o reformistas, y su integración a la legalidad burguesa. Se acusaba a ambas fuerzas de no tener “una estrategia política que canalice al proletariado y su vanguardia por una senda verdaderamente revolucionaria”. 
 La nota principal del primer número es el reportaje a Agustín Tosco. Como figura relevante del sindicalismo de izquierda a nivel nacional su apoyo era fundamental para avanzar en la consolidación de un polo político-sindical combativo y revolucionario unificador de las distintas propuestas. 

En este sentido se lo consulta en la entrevista: Teniendo en cuenta la ofensiva de los sectores burgueses, en el actual proceso político, ¿cuál es a su criterio el papel que deben jugar los sectores progresistas, populares y los enrolados en el campo revolucionario? 

Nuestra posición es que deben llevarse adelante la unidad de acción, la unidad en la lucha de todos los sectores populares, democráticos y revolucionarios y trabajar constantemente para constituir una fuerza capaz de expresar verdaderamente las aspiraciones de nuestro pueblo de una transformación a fondo de la situación económica, política, social y cultural. El esfuerzo que hay que realizar es muy grande y evidentemente no resulta fácil concretarlo. Pero estimamos que en breve tiempo, por las propias necesidades históricas que se plantean llegará esa unidad orgánica, plasmada respetando las lógicas diferencias de enfoques y de práctica y uniendo lo fundamental que es la común posición antidictatorial, antioligárquica y antiimperialista por la Justicia Social, la Soberanía Popular y la Liberación Nacional.
En el número 3 de Posición de febrero de 1973, se destaca en la tapa la imagen de una guerrillera vietnamita y el título “Vietnam: La victoria del pueblo heroico”. La temática de difundir los avances de una política de alianzas entre las izquierdas vuelve a estar presente en este número. 
El artículo, “Paraná: Una alternativa Antidictatorial y Antiimperialista” informa sobre el segundo encuentro que dio lugar a la formación del FAS. Realizado en la ciudad de Paraná el 21 de enero, en el mismo, se difundió un documento en el que se identificaban a los sectores sociales interpelados por el proyecto frentista y se exponían las bases programáticas fundamentales de la organización: El Frente Antiimperialista por el Socialismo, como germen del Frente de Liberación Nacional y Social intenta ser el instrumento político de las masas para la revolución en la Argentina. Este proyecto político surgía, según Posición, en un contexto de incapacidad de parte de las direcciones de los grandes partidos nacionales de “generar expectativas” entre sus bases populares y “carecer de propuestas que trasciendan al sistema capitalista”. De esta manera se generaba una contradicción entre el componente social y la dirección de esos partidos tradicionales. 
Este proceso era el resultado de las explosiones populares a partir del Cordobazo y su agudización auguraba “inevitables rupturas” entre las bases y las conducciones políticas. En el caso de Córdoba esta evolución estaba ya en marcha: Y se va proyectando en el SMATA, Perkins, donde la clase obrera se sacude el yugo de los burócratas reemplazándolos, en cuanta oportunidad se le ofrece, por direcciones obreras clasistas y combativas. Estas rupturas con las direcciones burocráticas se dan en el nivel sindical y marchan a darse en el plano político. En torno a la composición del frente se postula la participación de sectores de base peronistas, radicales, comunistas, cristianos, luchando por reivindicaciones económicas y democráticas. Además, de la hegemonía obrera en el mismo: La clase obrera y el pueblo (…) con sus organismos específicos, reivindicativos y democráticos, sindicatos y corrientes sindicales clasistas y combativas, los centros vecinales y culturales, los movimientos democráticos, los centros deportivos, las corrientes religiosas progresistas, las organizaciones campesinas de peones rurales, de pequeños propietarios, el movimiento estudiantil, la intelectualidad progresista, sectores profesionales, etc. (…) Se consideró como aspecto principal la tarea de garantizar la dirección obrera del Frente, el desarrollo de las corrientes clasistas y combativas en el seno de la clase obrera que reivindiquen la lucha antidictatorial, antipatronal y antiburocrática afirmando los principios de la Democracia obrera. 
Un aspecto importante en la experiencia del grupo de Posición es la participación en eventos e iniciativas focalizadas en construir redes de solidaridad entre el campo de la prensa revolucionaria nacional. Por ejemplo, durante varios días octubre de 1973 tuvo lugar un encuentro de Periodismo Internacional organizado por la facultad de Ciencias de la Información y el centro de estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba. Se realizaron diversas actividades como conferencias, debates, y seminarios. Así como multitudinarios actos en homenaje al Che Guevara y en repudio al golpe en Chile. Julio Carreras de Posición fue designado para integrar el grupo de coordinación del encuentro junto a periodistas de La Voz del Interior, Córdoba, El Mundo, revistas Patria Nueva, América Latina y otras varias publicaciones de entonces. 
También participaron de ese grupo sindicalistas de la CGT, SMATA, Luz y Fuerza y del sindicato de Perkins. Es de destacar que fue por esos días cuando Posición sufrió el primer hecho grave de hostigamiento al ser detenidos por la policía, Del Vecchio, Carreras y Rodolfo Matarollo, este director de la revista Nuevo Hombre, en un allanamiento a la sede de la revista. 
 Por otra parte, durante enero de 1974 se realizó en Córdoba una reunión de medios de prensa con el objetivo de formar una Coordinadora de Publicaciones Populares: esta prensa comienza a mostrar en forma cruda y real, la vida miserable que sobrelleva una enorme cantidad de conciudadanos, en el campo y en la ciudad (…) Las grandes y pequeñas movilizaciones de masas (…) las constantes tomas de fábrica y conflictos gremiales, ahora ya no se pueden ocultar más o minimizarlas porque por primera vez en nuestra patria existe una auténtica prensa popular (…) Con la recuperación de los sindicatos de manos de la burocracia entreguista, se enrolan en el campo de la prensa popular, los periódicos sindicales combativos, especialmente en Córdoba. 
También lo hacen los que con enorme sacrificio editan los grupos estudiantiles progresistas universitarios y secundarios, a los que se agregan las publicaciones barriales, villeras, etc. Frente a esta realidad, la burguesía trata desesperadamente de acallar con todos sus medios al alcance -secuestro de ediciones, clausuras de diarios y revistas, amenazas intimidatorias, asesinatos de periodistas, atentados terroristas llevados a cabo por bandas parapoliciales, etc.- la actuación de esta prensa al servicio del pueblo. Se propuso conformar un Comité Ejecutivo Provisorio con representantes de todas las publicaciones adheridas y ampliar la iniciativa en toda América Latina. Participaron de esta iniciativa el Sindicato de Perkins (“Boletín del SITRAP”, representado por Juan Villa), el sindicato de Prensa (“El Trabajador de Prensa”), Luz y Fuerza (“Electrum”), SMATA y las publicaciones “Posición”, “Patria Nueva”, “El Libertario”, “América Latina”, “Ya”, “Continente” y “Alegato”; corresponsales de órganos de prensa nacional como “El Mundo” y publicaciones de organizaciones políticas y sindicales como “Avanzada Socialista” del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), “Vocero Popular” (órgano oficial del Frente Revolucionario Peronista), “Boletín” del FAS, “El Obrero” y “22 de diciembre” (órgano de la agrupación de trabajadores “Emilio Jáuregui). El discurso de la revista Posición durante el gobierno de Perón (enero a mayo de 1974) El número 11 de Posición se publicó en enero de 1974. Los contenidos de este número se concentran fundamentalmente en exponer tres temáticas relacionadas con la estrategia de la revista de representar el proyecto político del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). 
Son ellas: El balance histórico del peronismo como herramienta para legitimar la propuesta revolucionaria del FAS. En segundo lugar, la caracterización de la situación política actual con el peronismo en el gobierno. Por último, la descripción de los componentes del frente y la exposición de sus planteos y propuestas. En este sentido se hacía hincapié en la potencialidad del peronismo revolucionario y, por lo tanto, el objetivo de alcanzar la unidad con las fuerzas de la izquierda marxista. En el artículo “El Peronismo” de Armando Jaime, dirigente del Frente Revolucionario Peronista (FRP) y presidente del FAS se hace un esbozo histórico de la experiencia de la clase obrera destacando que desde el 17 de octubre de 1945 fue desplegando su “potencialidad revolucionaria y clasista” y, al mismo tiempo, su “confianza” hacia las políticas progresistas del gobierno de Perón en el marco del sistema capitalista, sin percatar que “no son los lideres los que mandan sino las clases sociales” para señalar de esta manera el carácter burgués del peronismo. 
A partir de 1955 la conciencia clasista y socialista en el peronismo tuvo un salto cualitativo cuando el abandono de la dirección burguesa del movimiento significó para las masas una liberación de la presión política e ideológica. El autor identifica los hitos de ese proceso en la Resistencia peronista, los Uturuncos, las movilizaciones, las tomas de fábrica que dejaron sus huellas bien marcadas en el seno del peronismo, en el avance de la conciencia social de sus integrantes. Para esa coyuntura postula la tarea de consolidar los organismos revolucionarios del peronismo. Un instrumento central para esta tarea es, según Jaime, elevar la conciencia revolucionaria entre las bases, “para que la clase tome su verdadera ideología”: La evolución ideológica y política en el peronismo, es un hecho dialéctico, inevitable; el mismo está predeterminado por la presencia de la clase obrera y las masas populares que lo componen. Como es también inevitable la fascistización del ala burguesa y la de los grupos pequeños burgueses oportunistas, de la capitulación y arreglo del sector burgués con los monopolios, la oligarquía y el imperialismo. Como asimismo es inevitable la defección del líder en cuanto a sus inquietudes antiimperialistas de otrora. (…) Por ello hoy, la tarea de los peronistas revolucionarios ha de ser la de mostrar audazmente la verdad de nuestro movimiento, construir organismos que, aunque conservándose peronista por pertenencia al movimiento y no por adhesión personal, sean independientes de la burguesía, como de las estructuras burocráticas y fundamentalmente de las pautas ideológicas. Hablar con claridad al pueblo, denunciar en todos los términos el avance del fascismo, la traición de la burguesía, la capitulación del líder y atacar la base ideológica de raíces burguesas, que significan: la conciliación de clases, el tercerismo, el verticalismo, el antimarxismo, etc. Y abogar para que la clase tome su verdadera ideología y se encuadre políticamente en las organizaciones del peronismo revolucionario, sin temor. (Confianza y respeto por decir la verdad con claridad y sencillez) No es de revolucionarios esconder la verdad al pueblo. 
Otro artículo de este número es el documento del FRP titulado “La crisis del capitalismo”. En este se realiza una crítica a los postulados del peronismo tradicional -su modelo económico y social basado en la armonía de clases y la posibilidad del desarrollo capitalista independiente-. A partir de un análisis teórico de la evolución económica en América Latina se sostiene que “el capitalismo de estado (…) no logra la liberación, ni el desarrollo autónomo, sino que trata de obtener mejores condiciones de negociación con el imperialismo”. Por lo tanto, se desestima el proyecto que pretende imponer Perón en su nuevo gobierno: Las formas más o menos veladas de preconizar esta irrealizable quimera van desde la tan mentada “tercera posición” hasta las audaces invocaciones a la Argentina Potencia (…) El sueño pequeño burgués de capitalismo humanizado, de la conciliación del capital y el trabajo, del pueblo con las fuerzas armadas, de los explotadores y los explotados se desmorona irremisiblemente. Una de las principales secciones que se incorporaron en este número se titula “Las leyes del gobierno peronista”. Allí se fue exponiendo la evolución de los distintos gobiernos peronistas a partir del análisis de la legislación implementada. Fueron tres notas consecutivas de los números 11, 12 y 13. 
El primer periodo que se describe corresponde al breve gobierno de Cámpora. En esa breve coyuntura fue la movilización popular el principal factor para la sanción de leyes que posibilitaron la liberación de presos políticos y sociales y la derogación de la legislación represiva imperante. Se incluye el indulto a los presos políticos, la ley de Amnistía, la 20510 de derogación de leyes represivas y la supresión del fuero especial constituido por las leyes 19.503 y 19.959 (Cámara Federal en lo Penal de la Nación) o “Cámara del Terror”. 
 Como editorial se presenta una extensa nota que abarca ocho páginas titulada “Balance de un año político” donde cuatro “auténticos representantes de los sectores populares de vanguardia” debatieron en mesa redonda el proceso político en Argentina entre 1971 y 1973. Entre las conclusiones más importantes destacan que a partir del Cordobazo la iniciativa política pasó a manos de la clase obrera y el pueblo con el auge de las movilizaciones de masas, la vanguardia clasista y la guerrilla. Frente a esta situación se plantea el fracaso del Gran Acuerdo Nacional (GAN) de Lanusse y las contradicciones cada vez más profundas al interior del peronismo entre la dirección burguesa del movimiento y sus sectores de izquierda. 
Nos importa exponer la caracterización que se plantea del gobierno peronista ya que es la base para legitimar la propuesta de unidad de todos los sectores de izquierda marxista y peronista en el FAS: Algunos sectores han planteado el acto eleccionario de Cámpora primero y después de Perón, como triunfos populares. Creo que no es correcto hablar de que esto es un triunfo popular, porque es necesario tener en claro que el acto eleccionario se enmarca dentro del GAN, dentro de los planes de la burguesía, donde el objetivo es consolidar un gobierno que aglutine a los sectores de la burguesía con amplia base social de apoyo, para así anular a la vanguardia política armada y clasista. Además, se plantea una posible evolución del proceso político donde “va madurando todo un proceso pre-insurreccional” y un golpe militar “indefectiblemente se va a dar”: Ahora, en caso de no aniquilarse la vanguardia, si ésta, en su enfrentamiento con el golpe y en su inserción en las masas, logra dar respuestas políticas y militares coherentes y sobrevivir, es indudable que entonces se produciría una generalización del proceso revolucionario y de guerra revolucionaria. Con ello, una incorporación masiva de amplios sectores a formas más radicalizadas de luchas políticas. 

Militantes cristianos

 Uno de los componentes del FAS provenía de los sectores radicalizados de la iglesia católica vinculados con el Movimiento de Sacerdotes Para el Tercer Mundo. En su artículo “Los cristianos en el proceso revolucionario” el sacerdote y miembro del frente, Miguel Ramondetti analiza los factores que explican la incorporación de militantes cristianos a las organizaciones revolucionarias de la época. La razón se encuentra en la interpretación del cristianismo como parte de un proceso de rebelión de los oprimidos. Y esa historia empieza con la Navidad: Es así como el “Nacimiento” de Cristo fue adornado de luz y coloridos superficiales, y perfumado de mil maneras diferentes. Con ellos, los burgueses de todos los tiempos pretendieron acallar un profundo grito de rebeldía (…) En una sociedad profundamente clasista y en un país entregado totalmente al imperialismo, Cristo, desde el comienzo hasta el fin, sin concesiones de ninguna especie, es fiel a su propia clase. Y su clase es la de “abajo”. Una clase que durante siglos, la Biblia llamará con profundo respeto y esperanza, los “Pobres de Dios”. Para esos pobres existe una promesa de liberación. Esa liberación es presentada por Cristo como el fruto de una larga lucha para la cual reúne gente, selecciona militantes, hace surgir dirigentes y expone constantemente al pueblo sus puntos de vista, las tácticas y estrategias que han de conducir al triunfo final de su clase, los pobres, a través de los cuales ha de surgir un mundo nuevo -“Nueva Tierra y Cielo Nuevo”- . 
 Por último, la nota titulada “El pan duro de cada día” -escrita por Julio Carreras- se inicia con una cruda descripción de situaciones de pobreza urbana en Santiago del Estero y Córdoba para centrarse luego en explicar esa realidad como consecuencia de la dominación colonial de América Latina: “Esto es lo que ha construido en 489 años la civilización occidental y “cristiana”. Asimismo, esa explotación y denigración humillante de las mayorías nativas es ahora ejecutada por las oligarquías nacionales. Sin embargo, se viven procesos de cambio: Ignorantes de las leyes inexorables de la historia, no se dieron cuenta de que el monstruoso aparato de explotación que habían montado tenía en sus cimientos a quiénes lo están destruyendo: los explotados y los humildes, los campesinos, los obreros. 
Hoy en toda Sudamérica bulle el germen de la rebeldía de las masas. La nueva conciencia revolucionaria, ya unida a su organización combativa, impulsa poderosamente a nuestro pueblo por el camino de la liberación. 

Temas internacionales

 Un extenso artículo de ocho páginas, de carácter histórico, titulado “El Frente Popular en Francia” presenta una interpretación de esa experiencia de gobierno de izquierda durante la década de 1930. Se plantea que la diversidad de proyectos de ese tipo en la Argentina de ese momento, desde el Gran Acuerdo Nacional de Lanusse al Pacto Social de Perón, hace necesario analizar casos históricos para “extraer -quiénes luchamos por los intereses de las clases oprimidas- valiosas conclusiones”. Como herramienta de crítica a las diversas propuestas frentistas y, en especial en el campo de la izquierda la del Partido Comunista, se postula el rol central de una vanguardia revolucionaria organizada como partido. Esta organización debe, aun como parte de un frente con otras organizaciones no obreras, mantener su independencia política y ser capaz de conducir el movimiento espontáneo de las masas “hacía sus objetivos históricos, la dictadura de los obreros y el socialismo”. El número 12 de Posición fue publicado en marzo de 1974 en un contexto en el cual el PRT-ERP -luego de los sucesos de Azul- se abocan a un enfrentamiento total contra el gobierno de Perón. Destacamos el arte de tapa y contratapa donde aparecen una imagen de la revolución cubana, un texto de la segunda Declaración de La Habana y un homenaje -imagen y texto- a Camilo Torres. 
En la nota inicial de este número, que firma Eugenio Pettigiani, se presenta la temática central de esa edición: El Fascismo. Además de una primera definición se avanza en una fuerte denuncia dirigida al gobierno de Perón por el tono de las políticas implementadas: Fundamentalmente es una política represiva en contra del proletariado y de la ideología propia del mismo: el socialismo. Por ende la negación absoluta de la lucha de clases. (…) En lo económico, defiende a muerte los intereses de la burguesía, es decir, la propiedad privada de los medios de producción (…) Fascismo es: la Ley de Prescindibilidad, el Pacto Social, la Ley de Asociaciones Profesionales, la Ley de Conciliación Obligatoria, la Policía Federal con injerencia nacional, etc., etc. Y la Reforma al Código Penal. Por otra parte, en la editorial “Un proyecto que no se cumple” se plantea el fracaso del proyecto político de Perón centrado en el objetivo de unir la hegemonía burguesa con un respaldo popular. Se sostiene que “su plan bonapartista se ha ido transformando en una escalada fascista, obligado por las circunstancias”: el avance de las luchas revolucionarias: Es la negación, por lo tanto, de algo insoslayable: LA LUCHA DE CLASES. Es la negación de los derechos de los obreros de elaborar su propio proyecto político: EL SOCIALISMO (…) Las ideas emancipadoras que van creciendo en el seno del pueblo, hacen pedazos todos los proyectos y planes de la burguesía y a ésta no le queda otro recurso que apelar a la represión, y cuando más acorralada se siente, más feroz será. Como en el número anterior se destaca el artículo “Las leyes del gobierno peronista”. Allí, se sostiene que la situación política nacional presenta un giro de derecha del gobierno a partir del “autogolpe” que provocó la caída de Cámpora. Las leyes que se describen correspondientes al interinato de Lastiri son la 20517 que define los términos del Pacto Social, la de nacionalización de depósitos bancarios, la ley de propiedad agraria, (ambas tenues en sus reformas), los decretos de ilegalización del ERP y las reformas del Código Penal. 
 Finalmente, hay que citar un artículo teórico titulado “Hay dos imperialismos?”. Luego de describir ese fenómeno siguiendo las ideas de Lenin se refiere al postulado del peronismo de la existencia de dos imperialismos y a su planteo de una “tercera” posición: ¿A qué vienen entonces, las advertencias sobre los “dos imperialismos”? ¿Qué significa la tercera posición que predica el Gral. Perón? (…) vemos, que sólo es una cortina de humo, una nube ideológica que se intenta poner en la conciencia de las masas (…) Pues mientras se habla de los dos imperialismos, aquí se nos somete al yugo capitalista y se negocian nuevas formas de dependencia con el imperialismo. Mientras se habla de una “tercera posición”, aquí gobierna la burguesía, aquí siguen los monopolios. El suplemento “El Fascismo” se convirtió en el principal artículo de esta etapa de la revista. En sus veintisiete páginas se describen sus orígenes en Italia y ,en especial, se intenta comprender su desarrollo en América Latina y proponer las estrategias políticas correctas para enfrentarlo en Argentina. Es relevante señalar que, producido el golpe de Estado en Chile en setiembre de 1973, el discurso de las organizaciones políticas de izquierda incorporó el concepto “fascismo” para caracterizar ese proceso. Luego pasó a utilizarse aplicado a otros escenarios como Bolivia, Uruguay y Brasil. De esta manera el artículo se presentaba como una herramienta teórica para conducir las estrategias del FAS. 

Equipo de Redacción

Es posible reconstruir a partir de testimonios algunos de los aspectos más relevantes de la elaboración del suplemento. Por ejemplo, Julio Carreras recuerda que luego de una reunión del “consejo de notables” se había decidido publicar un suplemento especial sobre el tema que él mismo debería redactar: Puesto que se hablaba mucho de fascismo (…) Posición debía explicar con claridad a sus lectores que era el fascismo (…) El folleto, de unas cuarenta páginas impreso sobre un papel rugoso de color ocre-dorado, tuvo un éxito inmenso. El “Cuqui” Curuchet, un abogado del PRT que dirigía la por entonces “subversiva” Escuela de Trabajo Social de la UNC, pidió mil ejemplares más para su alumnado. Entonces, Del Vecchio dijo: “imprimiremos otra tirada de cinco mil”. Así fue que la siguiente edición de “El Fascismo” circuló despertando un debate espectacular en la izquierda cordobesa, particularmente la universitaria. Por su parte Abel Boholasvky recuerda que: En la elaboración de la separata titulada El Fascismo, participaron todos los integrantes del colectivo. Miembros de otras organizaciones que recuerdo: Aldo Bosarelli del FRP, Luis Fabbri de El Obrero, Roberto Reyna de CPL, La Gringa de FAL. Quizás haya habido otros que no recuerdo. 
Como perretistas: Pettigiani, el rengo Del Vecchio, el propio Julio y quizás, pero no lo puedo afirmar, el Hugo Colautti y algún otro. Yo participé. Creo que en ese tema del fascismo llevó más de una reunión y seguramente, muchos intercambios bilaterales que eran muy frecuentes. 
Para el PRT era una cuestión política muy importante. Y eso fue compartido por las otras organizaciones. Si Julio afirma que él redactó los borradores, debe haber sido así. Sobre el contenido del suplemento destacamos, en especial, dos temáticas: la definición sobre el avance del fascismo en la Argentina y la propuesta política para el campo popular y revolucionario: ¿Qué posibilidades tiene de prosperar tiene el fascismo en la Argentina? La crisis política de la burguesía se ve acelerada día a día por la movilización de las masas y su avance revolucionario (…) Ante esa realidad, el fascismo se plantea cada vez más como la política necesaria, para las clases dominantes (…) Con el directo aval de Perón, el plan fascista se propone influir en los sectores más atrasados de la masa humilde y la pequeña burguesía. 
Moviéndose dentro de esta estrategia, López Rega intenta frenar los impulsos revolucionarios del pueblo (…) Luchando denodadamente con el otro sector burgués, el partido militar, el fascismo va copando, en la medida que las posibilidades concretas se lo permiten, puestos claves en el aparato estatal y represivo. Paralelamente, intensifica su burda propaganda (…) Con slogans tan absurdos como el de la “Argentina Potencia”, bombardea incesantemente la conciencia popular. A la vez trata de confundir con oscuros ataques ideológicos contra la izquierda revolucionaria (…) Consciente de su debilidad política, el gobierno les prepara a los fachos el camino para su régimen de represión abierta”. En relación con el planteo político que se presenta al bloque de fuerzas de izquierda es importante el intento de incorporar a los sectores revolucionarios del peronismo que con sus vacilaciones permitieron “un cierto margen de maniobra todavía a Perón” y “pierden importante influencia”. La herramienta para enfrentar al fascismo, organizando la lucha política de las masas, avanzando hacia el objetivo del socialismo es el Frente de Liberación Nacional y Social. Sobre las estrategias a implementar se sostiene que “la lucha será muy dura, deberá librarse en todos los campos y sin tregua”, es decir junto a las luchas parciales de las bases obreras y las disputas en el plano ideológico se suma el rol especial de la lucha armada: Solo atacando incesantemente, no dando respiro al enemigo, se conseguirá llevar adelante una lucha verdaderamente revolucionaria, que debilite día a día al enemigo, hasta derrotarlo definitivamente (…) aplicando creativamente la experiencia histórica de la revolución, podrá conseguirse el triunfo de nuestro pueblo sobre el fascismo, la burguesía y el imperialismo. 
“Córdoba en guerra contra el fascismo” es el impactante título de tapa del número 13 que se convirtió en el último de la experiencia de Posición. Apareció en abril de 1974 en el contexto de la crisis política que derivó en la Intervención Federal al poder Ejecutivo provincial. La editorial repite la consigna inicial y está dedicada a la situación política local. Se propone un balance del gobierno de Obregón Cano señalando que: el gobierno popular de Córdoba era un gobierno burgués-democrático, producto en ese momento, de intereses irreconciliables de clases y sectores sociales. Era la máxima apertura democrática que el sistema podía ofrecer para la Córdoba de los Cordobazos. 
Pero no era un gobierno de los trabajadores, ni una continuación de los heroicos levantamientos. Al ocuparse de los sucesos del Navarrazo se sostiene que el gobierno impuso una desmovilización, propia “del paternalismo populista”, de los sectores populares frente al avance golpista y, de esta manera, no hubo, como en anteriores ocasiones, “una respuesta de masas inmediata”. Se considera que en su planificación original la idea era “normalizar la CGT, y desde allí voltear al gobierno” (…) Sin embargo, la presencia del “Frente Antiburocrático” formado por el MSC, SMATA, Luz y Fuerza, Perkins, Gráficos y numerosas agrupaciones de base, impidió ese desenlace: “Entonces el plan fascista, buscó su ‘héroe’. Otra vez ‘el salvador de la Patria’ ha sido un coronel”. 
Se considera que el triunfo de la asonada policial fue posible porque “las fuerzas reaccionarias, sin base social para sostenerse, recurrió a una acción rápida que imposibilitó una respuesta del gobierno provincial”. Al final del extenso artículo se describen las acciones de resistencia parciales y desarticuladas en los barrios y las iniciativas del MSC y el FAS. 
Estas organizaciones, se plantea, deben apuntalar la unidad contra el fascismo: Las fuerzas revolucionarias, progresistas y democráticas deben pugnar por unificar todos los sectores obreros y populares, sus organizaciones sindicales y barriales y las corrientes políticas anti-intervencionistas (…) Córdoba ha sido golpeada. Pero el fascismo no “ha pasado”. Aquí se ensaya una táctica contrarrevolucionaria: LA “ARGENTINA POTENCIA” golpea a la capital de la “Patria Socialista” Las fuerzas de la Revolución deben movilizarse y tomar la iniciativa. En “Las leyes del gobierno peronista” que abarca los primeros meses de gobierno de Perón se considera que más allá de las esperanzas “de que se adoptarían desde el gobierno, firmes posturas contra la dependencia en cumplimiento del mandato popular expresado en las urnas, se impuso, la “progresiva concreción de un proyecto de renegociación de la dependencia”, que queda claramente explicitado a través de las principales leyes. Estas fueron: la ley de Prescindibilidad, “herramienta para la persecución política y gremial de los trabajadores que se oponen al Pacto Social”, la de radicación de capitales extranjeros “netamente favorables a los inversionistas y empresas multinacionales, en cuanto no prohíben ninguna de las ventajas y liberalidades tradicionales de que gozan los capitales internacionales en los países independientes”, la ley de Asociaciones Profesionales “que vino a grabar las disposiciones antiobreras que ya contenía la anterior ley 14.455 y sus decretos reglamentarios”, la ley de Arbitraje Obligatorio “que restableció la vigencia (del dictado por el gobierno militar) y por “anular en los hechos todo ejercicio del derecho constitucional de huelga”, y por último, la ley de Reforma del Código Penal “la más grave de las medidas legislativas reaccionarias sancionadas bajo el actual gobierno. 
 El principal artículo del número 13 es el suplemento, “Carta del Viejo Pedro a las bases peronistas” un folleto escrito en 1971 en los tiempos del clasismo en SITRAC-SITRAM. Su autor, Pedro Milesi, era un histórico dirigente de la izquierda sindical en la Argentina que en ese tiempo residía en Córdoba y se había convertido en referente de la nueva generación de activistas combativos, incluidos Agustín Tosco y los clasistas cordobeses. 
La carta dirigida a los compañeros Peronistas de Base comienza con una interpretación de la jornada del 17 de octubre de 1945 señalando que “esa insurgencia fue eminentemente proletaria, instintiva, espontánea, sentimental, sin orientación doctrinaria”. A continuación, el texto se centra en un balance crítico del periodo de gobierno de Perón. Tanto en lo referido con el proceso de perdida de independencia de la clase obrera como, en especial, a los denominados “slogans míticos” del movimiento justicialista: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. En la elaboración de este aporte a la desmitificación del peronismo, Milesi señala que se basa en la producción historiográfica de Milcíades Peña. En torno a los objetivos de Posición como expresión de un frente político que convoca a la unidad de la izquierda marxista y el peronismo revolucionario creemos importante resaltar los argumentos con los cuales “el viejo Pedro”, luego de denunciar la connivencia de Perón con la burocracia sindical, interpela a las bases peronistas. 
Respecto a lo primero Milesi denunciaba: ¿Creen Uds. Compañeros Peronistas de Base que si mediera de parte de Perón el menor propósito de enmienda -supongámoslo- avalaría a toda esa cáfila de gansters sindicales y políticos que hablan en su nombre; roban en su nombre; levantan paros a tanto “per cápita” en su nombre; delatan y traicionan en su nombre; esos Rucci, Coria, Taccone, Zorrilla, Labat, Cavalli y Cía.? 
 Con relación a lo segundo, y convocando a las bases peronistas a recuperar los valores del clasismo, el “viejo Pedro” aconsejaba: de tu casa al trabajo sí, pero del trabajo al sindicato, o al partido obrero revolucionario a compartir allí con tus hermanos de clase, luchas y esperanzas, alegría y tristezas, triunfos y derrotas. Al trabajo sí, pero de ahí a las conferencias, a las bibliotecas a capacitarte técnica y culturalmente a fin de hacer más eficiente y rápida la forja de tu propia emancipación, y la de tus hermanos de clase, de la esclavitud y penuria a que nos somete el régimen capitalista (…) y tanto mejor aún si completas esas actividades (…) con alguna visita a los polígonos de tiro. 

 Conclusiones 

El cierre definitivo de la revista Posición fue consecuencia del contexto represivo desatado tanto por el gobierno como por grupos paraestatales sobre el conjunto de publicaciones de las organizaciones revolucionarias. En el caso de la publicación de Córdoba, según describía Del Vecchio en ese momento: La empresa que nos distribuía las revistas comunica que no lo hará más, Según han dicho, les hicieron ya dos atentados, por distribuir propaganda marxista (…) ustedes saben que han mandado a comprar todas las revistas de los kioscos del centro, para quitarlas del mercado (…) A los compañeros que distribuyen las revistas en los barrios obreros, varias veces los han golpeado, quitándoles los paquetes. En mayo de 1974 hubo otra serie de allanamientos y detenciones de miembros de la revista. 
Poco después el Comité Central del PRT-ERP resolvió no continuar con sus publicaciones legales de Córdoba. 
Sobre ese momento Carreras recuerda que: 
Lo que había sido la “niña mimada” de nuestros esfuerzos, para Nelso y para mí, así como para varios otros compañeros, a partir de hoy dejaba de existir. Me sentí tan triste como si hubiera muerto mi mejor amigo. Nadie hablaba. Después de algunas consideraciones generales de Nelso, y algunos momentos un tanto embarazosos, terminamos levantándonos, uno a uno. Y comenzamos a despedirnos. Algunos de los que estábamos allí no nos veríamos ya, nunca más. 
 La revista Posición formó parte importante del proceso de radicalización política e ideológica que tuvo lugar en la Córdoba rebelde entre 1969 y 1976. En un contexto de auge de las fuerzas políticas revolucionarias sus jóvenes integrantes formaron parte del aparato de propaganda del PRT-ERP con el objetivo de difundir los proyectos y los avances organizativos del FAS. 
En esta experiencia compartieron “estructuras de sentimientos” con otros colectivos de activistas sindicales, estudiantes universitarios, curas del Tercer Mundo y habitantes de las “villas de miseria”. A lo largo de este trabajo hemos intentado reconstruir esas experiencias como parte de la tarea de complejizar los estudios sobre las prácticas y discursos de la fuerza social revolucionaria que se desarrolló a partir del Cordobazo. 

 Periodismo y militancia revolucionaria en Posición: la experiencia de Julio Carreras

El abordaje de este trabajo centrado en una revista política nos permite acercarnos, también, a las experiencias de vida y militancia de algunos de los jóvenes que formaron parte del grupo de Posición. Por ejemplo, la trayectoria de uno de sus principales referentes, Julio Carreras. A partir de su testimonio es posible reconstruir prácticas, sentires y percepciones propias de los militantes revolucionarios vinculados a Posición. 
En Santiago del Estero, ciudad donde nació el 19 de agosto de 1949, su familia era de tradición peronista. El abuelo, comisario de policía, germanófilo, había sido uno de los primeros peronistas de Santiago. Con formación en Artes Plásticas desde su infancia, entre sus primeras actividades laborales figura un trabajo como diagramador en la imprenta Libertad de Isaac Perelmuter. Los contactos familiares en la trama política provincial le permitieron a Julio acceder a un puesto en la imprenta de la Legislatura de Santiago del Estero y también una designación en Radio Nacional. Otros lazos, en este caso de su padre con dirigentes del PRT-ERP, lo convirtieron en corresponsal de la revista Nuevo Hombre desde mediados de 1972. 
En diciembre de ese año, recibió por correo el primer número de Posición junto a una carta formal donde se lo invitaba a ser corresponsal de la nueva revista. En el segundo número de principios de 1973 publicó un extenso artículo titulado “Santiago del Estero: la madre violada” donde historiaba la destrucción de la cultura aborigen por los conquistadores españoles y el posterior hundimiento de la provincia por la descendencia cada vez más parasitaria de sus “hidalgos”. 
En abril de 1973 Carreras ingresó a una célula del PRT-ERP invitado por Mario Giribaldi. Junto a ellos, militaban la novia de Mario y María Rosa Di Chiara. Mario era el responsable político y, por lo tanto, el enlace con el partido. Quizá sólo por haber hecho la colimba y practicar rugby fue designado “responsable militar”. En el escaso tiempo que duró esa célula lo poco que hicieron fue leer El Estado y la Revolución de Lenin y una sola vez, organizar una sesión de gimnasia en el Parque. Además, de su militancia partidaria el joven periodista participaba de otras actividades. Por ejemplo, junto a Clara Ledesma Medina, Tito Galván, Lucky Gómez y Chupo Ledesma fundó el Grupo SER que editó dos números de una revista y organizó el primer recital de música contemporánea en la biblioteca Francisco Aguirre. 
 Poco tiempo después recibió la propuesta de trasladarse a Córdoba para integrarse al equipo de Posición: Gilda -dueña de la librería Dimensión y esposa de Francisco René Santucho (había sido amigo de mi padre), le dijo una tarde: ‘una persona que me pidió reserva dejó este sobre para vos’. ‘Por decisión del Comité Central entramos en un proceso de profesionalización de nuestra prensa partidaria’ debido a ello y ‘conociendo el desempeño’ de Julio se le proponía trabajar en el equipo de redacción de la revista. No imaginó que un dirigente nacional del PRT se dignase a escribirle. 
 Carreras llegó a Córdoba como “contacto organizado” del PRT en el invierno de 1973. El primer día de su arribo Nelso del Vecchio le encomendó una entrevista con Salamanca en la sede del SMATA. Al poco tiempo fue asumiendo diversas funciones en la revista y junto con aquel concentraron, desde entonces, todo el aspecto formal de Posición. 

Entrevista a Julio Carreras 

 ¿Cómo estaba organizada la relación entre el PRT y la revista Posición? 

Todas las decisiones eran tomadas finalmente por el partido. Como la nuestra era una revista quincenal entonces había tiempo suficiente como para que las decisiones que nosotros habíamos tomado internamente pudieran ser ratificadas o reformadas (…) Simplemente nosotros, por lo general, nos limitábamos a ejecutar una línea, una línea política y el responsable del trabajo que era Nelso Del Vecchio, un compañero que ha fallecido ya y que era el secretario de la redacción de la revista, elevaba al partido y luego la dirección del partido … decidía que artículos se publicaban. 
El doctor (…) Pettigiani no decidía, por lo general, casi nada. (…) en aquel tiempo para nosotros era perfectamente comprensible porque éramos un partido de cuadros, un partido verticalista que (…) además era un partido militar, es decir, que tenía un ejército en construcción, en combate, por lo cual prácticamente casi todo se reglaba por la conveniencia militar estratégica de las acciones que realizábamos. 
 Sin embargo nos veíamos en una especie de aprieto porque nuestra revista era legal, incluso el propósito de la revista era seguir las recomendaciones de Lenin en sus libros respecto de la prensa revolucionaria…en el sentido de que servía para establecer contactos con el pueblo y actuaba como un organizador.

 ¿Cómo se elegían los artículos? ¿Quiénes los redactaban? ¿Se aceptaban aportes externos? 

La revista era desde el punto de vista profesional bastante ecléctica y en realidad de algún modo se trataba de una especie de experimento que el partido había ensayado sin haber estado preparado para eso por lo cual incluso en la primera etapa, el número uno, por ejemplo de la revista Posición y el número dos, eran engendros donde se amontonaba material de una manera más bien improvisada… Yo creo que ha a partir del número cinco recién… la revista se empieza a profesionalizar. Dentro de ese proceso es que yo me incorporo, como vos sabes, yo soy santiagueño… fui convocado a Córdoba para integrarme en un proceso que ellos le llamaron de profesionalización porque habían comprendido que si se quería hacer una revista realmente interesante para la sociedad había que apelar a personas que tuvieran conocimientos periodísticos y no solamente a militantes … que había sido el parámetro con el cual se había establecido anteriormente. 
Anteriormente se había trabajado con el criterio de que un buen militante tenía que ser un buen comunicador cosa que era obviamente, una especie de idealismo, no? Entonces, más o menos a partir del número seis… siete... es que se comienza con el criterio de intentar un buen diseño, intentar profesionalidad en la información, establecer diferencias entre la información actual, es decir las noticias propiamente dichas, y los artículos de contenido como, por ejemplo, análisis acerca de la realidad o análisis históricos, etc. 
En tal sentido, se organizó un equipo de asesores, más que asesores eran personalidades, digamos de las alianzas del partido en donde concurrían individuos externos al partido (…) (…) semanalmente se determinaba como iba a ser el próximo número de la revista, se lo trabajaba, y cuando estaba terminado, es decir cuando se había designado quien redactaría los artículos, en algunos casos los redactábamos alguno de nosotros, en otros casos se le encargaba a algunos de los aliados, especialmente del FAS. 
 Y sí, se aceptaban artículos externos cuando eventualmente alguien de otra provincia o del interior de Córdoba enviaba por correo, en esa época era el correo el vehículo por el cual, incluso se distribuía la revista en el interior y otras provincias … por ejemplo, me acuerdo de un cura que vivía en Santa Fe y que en este momento se me ha ido el nombre, que era un cura del tercer mundo, y él periódicamente cuando surgía un tema relacionado con el cristianismo revolucionario nos enviaba un artículo…o se le encargaba directamente cuando había necesidad de volcar algo sobre ese tema. 

¿Cuáles eran sus funciones en el colectivo de Posición? 

Y respecto del trabajo mío (…) entré a la revista como redactor, con el tiempo muy rápido, un tiempo muy veloz… en ese tiempo en una semana pasaban cosas que después en la vida normal de las personas suelen pasar en meses o años, era un tiempo muy acelerado de conflictos cotidianos en donde en la peor época, en el año setenta y cuatro, setenta y cinco, morían quince, veinte personas por semana en tiroteos o secuestrados, asesinados, etc...entonces a mí me tocó hacerme cargo de la diagramación, de la redacción … prácticamente de la coordinación general de la revista en el sentido técnico porque Nelso que era el responsable y Pettigiani que era el Director no sabían nada de periodismo prácticamente (…) y en cambio los técnicos éramos personas que de algún modo habíamos aterrizado ahí porque nos necesitaban desde ese punto de vista para que tuviese un aspecto y un contenido que fuera más eficaz.
Entonces, como te decía, con el tiempo me fui haciendo cargo prácticamente de toda la labor concreta tanto de redactar como de diseñar las publicaciones que no eran solamente las revistas sino que después empezamos a publicar algunos libros (…) Y respecto de la cotidianeidad (…) por ejemplo, a mí me tocaba… supongamos viajar a Oncativo, donde estaba la imprenta llevando papel , llevando textos para que los vayan armando… al principio la revista tenía el viejo sistema del linotipo una máquina que fundía plomo y se componía línea por línea, los textos se los armaba a mano y había dos obreros ahí en la imprenta que trabajaban en eso… 

¿Cuáles eran las características de la militancia de la época? 

Y bueno… respecto de la militancia, era un tiempo bastante complejo, se intentaba mantener una cierta discreción dado que los militantes que estábamos en el área llamémosle legal de la revista y de la militancia estábamos muy expuestos y, ademas, justamente por eso teníamos que mantener mucha discreción respecto de lo que conocíamos, cuanto menos conocíamos era mejor… eso era casi prácticamente imposible dentro de ese tipo de militancia popular… que cada día en las reuniones del FAS nos encontrábamos con decenas de personas que después iban a las redacciones de las revistas Patria Nueva, Posición, a la redacción del diario El Mundo… entablábamos necesariamente relaciones, aunque a veces en base a nombres falsos, y sin embargo nos íbamos conociendo, había actividades que teníamos que hacer en conjunto, como imprimir volantes o redactarlos con organizaciones que no eran del PRT… Entonces y, ademas, a eso se le suma que el promedio de edad que había en ese tiempo dentro de este colectivo era 22, 25 años, un hombre de 35 años era ya considerado medio viejo, eran pocos lo que pasaban los 30 años, entonces teníamos mucha iniciativa personal también… estábamos absolutamente dedicados a la revolución y todo lo relacionábamos con esto, pero… de cualquier manera teníamos una vida social relacionada con la revolución también… así que con frecuencia emprendíamos algunas acciones individuales como establecer contactos con grupos de teatro barriales, o participar de actividades solidarias en los barrios más pobres de Córdoba…los que eran médicos, por ejemplo, que además algunos de ellos eran colaboradores de la revista, los fines de semana atendían gratuitamente en los dispensarios de los barrios más pobres, etc. Ese el tipo del militante que teníamos. 

¿Qué actividades realizaban? ¿Qué formas de ocio por fuera de la militancia eran posibles? 

La vida de los militantes revolucionarios de aquel tiempo era muy intensa porque la militancia generalmente se la hacía en horarios libres… la mayoría de los compañeros militantes no tenían la misma suerte que yo que militaba y trabajaba dentro del mismo contexto de la militancia. La mayoría eran estudiantes universitarios, obreros o trabajadores de otro tipo, empleados administrativos, algunos pocos ya profesionales jóvenes, etc. 
 Y bueno era muy variada e intensa porque en aquel tiempo... muy especialmente en el área que nosotros nos movíamos que era el área legal, se daban encuentros. Por ejemplo yo recuerdo (…) un Encuentro Internacional de Periodistas, donde vinieron tanto militantes y periodistas extranjeros como de todo el país (…) y que se realizó durante una semana o algo así no me acuerdo… Como todos los simposios y encuentros estaba ademas organizado con seminarios y actividades artísticas… también, obras de teatro, después libremente íbamos a peñas, encuentros musicales, etc. no? 
Eso te pongo como ejemplo pero de ese tipo de actividades eran todos los fines de semana… prácticamente, entonces se puede decir que nuestra vida era una vida también desde la perspectiva lúdica muy intensa pero dentro del área de los compañeros que teníamos afinidades ideológicas, no es que fuéramos a boliches, y bailáramos con cualquiera o ese tipo de cosas. Sino que generalmente nos juntábamos con compañeras y compañeros, esa era la única diferencia con otros jóvenes, y como en ese tiempo era tan numerosa la militancia había miles de chicas y chicos que estaban entusiasmados con la revolución, entonces no es que fuéramos pequeños grupos marginales en relación con el resto de la sociedad sino que había todo un florecimiento de una juventud comprometida con la cual nosotros hacíamos una vida social muy activa e intensa también. 
Respecto de los gustos, en general (…) eran prevalecientemente los gustos de una clase media revolucionada (…) me gustaba la música de los Beatles, toda la música internacional, que supuestamente representaba la avanzada de lo que se estaba desarrollando estéticamente en aquel tiempo (…), la valoración de lo nuestro, tanto nuestra identidad étnica que supuestamente mayoritariamente hispano-aborigen con sus contenidos folclóricos (…) escuchábamos un tipo de folklore con contenidos revolucionarios por ejemplo, Cesar Isella, el Dúo Salteño, en esa época surgió con gran potencia el Dúo Salteño que tenía la condición favorable para nosotros de ser estéticamente bello, complejo, evolucionado, desde el punto de vista musical y, también, con un contenido conceptual con el cual nos identificábamos. 
Y, por cierto, Los Olimareños…a quienes ademas, en el caso mío, yo los conocí porque eran militantes también…ellos eran militantes de Tupamaros de Uruguay y habían venido a Argentina, prácticamente casi de un modo permanente (…) incluso Los Olimareños permanecían varias temporadas en Córdoba, así que de algún modo enriquecían la vida cultural de nuestra militancia. 


Bibliografía Fuentes Primarias Revista Posición Nº 1, 3, 4, 5, 11, 12 y 13 (diciembre de 1972 a mayo de 1974) en Archivo del CEDINCI y Archivo El Topo Blindado. 
Entrevistas Online Carreras, Julio, Soporte: Audios, 03 al 05/05/2020. 
Bohoslavsky, Abel, Soporte: Texto escrito, abril/2020. 
Fuentes secundarias Artículos - Carreras, J., “Revista Posición”, (2013) 1, en http://fulgor.blogspirit.com. - _________, 
“Nelso del Vechio”, (2013) 2, en htpp://fulgor.blogspirit.com. -__________, 
“Alicia”, (2013) 3, en htpp://fulgor.blogspirit.com. Libros -Bohoslavsky, A. (2016). 
Los Cheguevaristas. La Estrella Roja, del Cordobazo a la Revolución Sandinista. -Brennan, J. (1996).
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Córdoba rebelde. El Cordobazo, el clasismo y la movilización social. La Plata: Ediciones de la Campana. -Carrera, P.; Denza, N. (2016). Prensa para la revolución. Comunicación política y de masas en el PRT-ERP y Montoneros. 
Temperley: Tren en movimiento. -Flores, G. (1994). 
SITRAC-SITRAM. Del Cordobazo al clasismo. Buenos Aires: Ediciones Magenta. -________ (2006).
Lecciones de batalla. Una historia personal de los ’70. Buenos Aires: Ediciones R y R. -Lobato, M. (2009). 
La prensa obrera. Buenos Aires: Edhasa. -Maggio, M. (2015). 
Diario El Mundo. Prensa masiva para una política de masas. Buenos Aires: Ediciones A Vencer. -Pozzi, P. (2004). “Por las sendas argentinas…” 
El PRT-ERP. La Guerrilla Marxista. Buenos Aires: Imago Mundi. -Servetto, A. (1998). De la Córdoba combativa a la Córdoba militarizada. Córdoba: Ferreyra Editor. -Silva Mariños, L. (2017). 
Frente Antiimperialista y por el Socialismo. Un ejército político de masas impulsado por el PRT. Buenos Aires: Ediciones la Llamarada. -Slipak, D. (2015). 
Las revistas montoneras. Cómo la organización construyó su identidad a través de sus publicaciones. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores. -Stavale, S. y D. De Santis (2016). 
Un partido de la clase obrera. La política del PRT-ERP en el movimiento obrero. Buenos Aires: A formar filas. 

*  Universidad de Buenos Aires (UBA)
Maestría en Historia Argentina y Latinoamericana
Docentes: Analía Rey, Ricardo Martínez
Ponente: Diego Salerno

La prensa partidaria en la Córdoba rebelde: La Revista Posición (1972-1974)

Por Diego Salerno *  El examen de la experiencia político-cultural de la revista Posición es el principal objetivo de nuestra investigación...