La medicina cubana acaba de hacer un nuevo hallazgo: una vacuna contra el cólera. En medio de un bloqueo cruel, que asfixia el desarrollo de la sociedad cubana, esta vacuna es una nueva prueba de la contribución científica en el campo de la salud que hace Cuba. El Instituto Finlay, responsable del descubrimiento, es uno de los laboratorios médicos con tecnología de vanguardia en Cuba, y responsable del desarrollo, fabricación y exportación de seis nuevos tipos de vacunas, que inmunizan contra el tifus y el tétanos, entre otras enfermedades. Entre sus principales productos figura el único suero efectivo contra la meningitis tipo B, que se distribuye desde Cuba a varios países del mundo.
Científicos cubanos desarrollaron con éxito una nueva vacuna contra el cólera y se disponen a efectuar "pruebas de campo" más amplias, antes de lanzarla al mercado, informaron portavoces oficiales.
La vacuna, que tiene como base una cepa viva del bacilo transmisor del cólera atenuado en forma genética, fue ensayada con éxito en 100 personas sanas durante las pruebas de laboratorio realizadas en la isla en el Instituto Finlay, aseguró el vicepresidente de la institución, Francisco Domínguez.
"La investigación demostró que el antígeno es seguro y posee una alta eficacia", añadió. El siguiente paso será el evaluar si la inmunización obtenida con esta nueva vacuna mantiene su eficacia en países de alta incidencia del cólera, y donde las personas padecen además otras dolencias agregadas, como desnutrición, malaria o Sida, explicó Dominguez a la prensa.
Se está en conversaciones con autoridades sanitarias de Mozambique, Guinea Ecuatorial y Sudáfrica para comenzar las pruebas de campo que permitan concluir los estudios sobre la aplicación de la nueva vacuna, informó. El cólera, que había sido prácticamente erradicado en América Latina, tuvo un rebrote importante en la década de 1990 en la región, cuando una epidemia que se expandió rápidamente provocó miles de muertos y afectados, en especial entre la población infantil.
En el mundo ya hay varios tipos de vacuna contra el cólera, pero ninguna tiene efectividad total, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhorta desde 1977 a proseguir las investigaciones.
Las que están disponibles en el mercado tienen efecto inmunológico adecuado sólo en 30 a 60% de inoculados y no resultan con el resto, según la OMS. Tampoco son eficaces en momentos de epidemia por el tiempo que necesita el organismo para generar los anticuerpos (dos a tres semanas).
Las vacunas actuales se basan en bacterias inactivadas (por calor o sustancias químicas) o muertas para generar antígenos. La vacuna cubana experimenta con modificación genética de la bacteria para atenuar su efecto y emplearla como generador de anticuerpos en corto período (dos o tres días).