Trabajadores en un piquete durante el paro de transportes en Nueva York. Una escena que será cada vez más frecuente en el hasta ahora llamado "Primer Mundo". Foto: AP.
Por: David Streitfeld, Los Angeles Times
Traducción para @DIN de Susana Merino
Esta semana la empresa Delphi Corporation, fabricante de autopartes, ha planteado a sus trabajadores la reducción de sus salarios en dos terceras partes. Es una de las concesiones salariales más radicales que se haya jamás solicitado a empleados sindicalizados.
Al mismo tiempo los trabajadores de la General Motors Corp. aceptaban financiar "provisoriamente" de sus bolsillos miles de dólares relacionados con sus coberturas de salud. Los empleados de Ford Motor Co. y Daimler Benz enfrentarán seguramente similares exigencias. Las fuerzas que golpean a los trabajadores de Delphi y de GM son versiones extremas de lo que está sucediendo en el mercado de trabajo estadounidense, en el que los riesgos económicos tales como el desempleo y los gastos médicos, anteriomente asumidos por los empleadores y el gobierno, están actualmente a cargo de los trabajadores estadounidenses y de sus familiasLuego de cuatro años de recuperación económica, todos los trabajadores estadounidenses deberían tener viento en popa. Y en lugar de eso se hallan enfrentados a una nueva ofensiva tendiente a obligarlos a abandonar una serie de beneficios esforzadamente adquiridos y a aceptar disminuciones en sus salarios. Las empresas explican que estos recortes son "vitales para poder mantener la competitividad" en una economía crecientemente globalizada.En las últimas semanas, han aparecido muchos casos nuevos, no sólo en la industria.Los trabajadores de las 71 mayores superficies de provisión alimentaria de la cadena Farmer Jack en Michigan han aceptado una reducción salarial del 10%, para que la empresa pudiera ser más fácilmente vendida a un nuevo propietario. Centenas de trabajadores de una fábrica de tubos en Aubum, en Indiana aprobaron una baja de dos dólares sobre un salario de 18 U$S por hora para mantener la fábrica en funcionamiento. Los funcionarios de la policía de Wyandotte, en Michigan han aceptado el bloqueo de sus salarios durante los próximos tres años y el incremento de sus pagos por la cobertura médica.Jerry Jasinowski, presidente del Manufacturing Institute at the National Assn. of Manufacturers (Instituto de la Manufactura de la Asociación Industrial Nacional), ha declarado que tales concesiones "se convertirán en moneda corriente"."Los pilotos de línea o trabajadores en cadena, los empleados, deben contribuir a reducir el precio de acuerdo -ha declarado-: "Nosotros no estamos en condiciones de sobrevivir y al mismo tiempo mantener las generosas protecciones sociales acordadas hace 10 o 15 años", afirmó Jasinowski.
El trabajo en agonía
Varias causas explican la reducción de la influencia de los trabajadores. Entre ellas se destacan la existencia de una mayor demanda de empleo en el mercado del trabajo y la deslocalización hacia países con mano de obra barata como la China y la India.Algunas sociedades, que compiten con productores rivales que producen a menores costos expresan que no pueden permitirse el mínimo aumento. Y aun en el caso de empresas florecientes, las elevadas primas de los seguros de salud deben financiarse con fondos que podrían utilizarse en aumentos.Según una encuesta reciente efctuada por la Kaiser Family Foundation y el "Health Research and Educational Trust" solamente un 60% de las empresas ofrecen a sus empleados una cobertura de salud, un retroceso evidente comparado con el 66% del 2003 y el 69% del 2000.Los empleadores requieren mayor productividad de los trabajadores con el mismo salario.Sucede por lo tanto que para la mayor parte los costos de vida han aumentado mucho más aceleradamente que los aumentos anuales. La última semana un informe del gobierno estadounidense señaló que debido al aumento de los precios de la energía, la inflación aumentó en setiembre de 2005 dos veces más que los salarios El democrático Instituto de Políticas Económicas (Economic Policy Institute) ha declarado que "esta situación configura la mayor baja de la capacidad adquisitiva en decenios".El inmovilismo o la baja de los salarios contribuye a amortiguar la inflación, pero es un triste consuelo para los que ven sus bolsillos cada vez más vacíos.En el período en que las industrias tradicionales, como las de las piezas automotrices y las de líneas aéreas, se esfuerzan en adaptarse a difíciles circunstancias, sus empleados son especialmente vulnerables.
Trabajadores contra el paredón
Cuando hace alrededor de dos meses los mecánicos de la Northwest Airlines Corporation hicieron huelga preventiva para bloquear la baja de sus salarios en un 25%, la compañía los reemplazó inmediatamente. Dichos trabajadores se encuentran actualmente ante un ofrecimiento de la empresa que incluye la misma reducción salarial y una protección social menor que la que les ofrecían antes de la huelga.Las perspectivas de los obreros de base de Delphi son igualmente sombrías: el 8 de octubre, la sociedad solicitó beneficiarse con las garantías de una ley estadounidense de protección ante una eventual quiebra. Los especialistas de la historia del trabajo no recuerdan un período en el que durante una recuperación económica, se haya solicitado en una sola empresa un apoyo en tal cantidad y al mismo tiempo el abandono de tantas ventajas.Los responsables del sindicato United Auto Workers, declaran que se trata de "sacrificios extraordinarios" en momentos en que Delphi especialmente, está tomando medidas "repugnantes" al aumentar el monto de sus contratos con el objeto de mantener a sus cuadros de alto nivel.Los críticos dicen que los empleados de Delphi, que ganan 27 dólares por hora, además de algunos beneficios sustanciales como la cobertura de salud y la jubilación complementaria, "le cuestan mucho a la empresa" impidiéndole mantener la competitividad. En comparación los trabajadores de las fábricas Delphi, ganan apenas 3 dólares por hora."Las empresas no pueden ya otorgar opulentas ventajas por enfermedad ni compromisos ilimitados de jubilaciones complementarias" declaró el economista Peter Morici, un negociador comercial y administrativo de Clinton. Y agrega que el sindicato UAW "debió haber educado" a sus miembros desde hace mucho tiempo "mostrándose realista" en sus exigencias.El nuevo contrato de Delphi va a sentar un precedente para las negociaciones de GM, Ford y Daimler Chrysler. Ford declaró igualmente el lunes último que había iniciado conversaciones con su sindicato para reducir los aportes en los seguros de salud.
Igualando para abajo
La industria automotriz ha sido un indicador de las orientaciones salariales desde su creación. Ya en 1914 Henry Ford anunció jornadas de 5 dólares, duplicando de golpe los salarios de sus 150.000 trabajadores en las cadenas de ensamblaje e inaugurando lo que el diario de Detroit llamó "una nueva era industrial".En dicha época los trabajadores indicaban el camino. Actualmente son considerados como condenados.Steve Szakaly, un economista del Automotive Research Center (Centro de investigaciones automotrices) ha declarado "existe consenso sobre el hecho de que las antiguas industriasde trabajo en cadena están a punto de desaparecer". En el seno de una economía mundial estamos todos destinados a transformarnos en empleados terciarios. Y Delphi también coincide con esto...Con base en Troy (Michigan) esta compañía -una industria complementaria fundada en 1999 por General Motors- no es tan antediluviana como pareciera. Más de las dos terceras partes de sus 185.000 empleados trabajan ya fuera de los EEUU y está en tren de detener y de modernizar sus fábricas estadounidenses. Este año se cerró su única fábrica californiana, sita en Anaheim. En su página de Internet, la empresa proclama: "En tanto empleadora de categoría internacional, Delphi ofrece una protección de carácter mundial a sus empleados de tiempo completo". Sin embargo la orgullosa declaración ha cobrado recientemente un sentido diferente; los trabajadores de Delphi de los EEUU -declara la dirección-, deben ganar un salario más cercano al que se gana en otras partes del mundo.Se informa que las vacaciones se reducirán de seis a cuatro semanas y que aumentarán las primas de seguro de salud, mientras que las contribuciones de la empresa a las jubilaciones complementarias van a disminuir. Los días feriados pagos serán reducidos de 17 a 10 en total y por todo concepto. Los salarios también disminuirán hasta un máximo de 10 a 12 dólares por hora. Esto significa que los trabajadores de Delphi no podrán seguir comprando los automóviles que contribuyen a fabricar.
Capitalismo: una máquina de picar carne
Robert S. Miller, experto en reorganización, nombrado para dirigir la firma el verano pasado declaró en una conferencia de prensa que los trabajadores "no debían sentirse mal" puesto que comparó la situación con "una tempestad" a la que "los ha llevado" la globalizaciónEs una tempestad que ha arrasado a otras industrias estadounidenses; Thomas Pailey, economista y antiguo asistente del director de relaciones públicas del sindicato AFL-CIO, dijo que se trataba de una muerte "ocasionada por miles de golpes de látigo, lo que hace que escape al radar político""Fue golpeando hábilmente primero a la ropa, luego al amoblamiento, después a los textiles y luego al acero" agregó Pailey. El fenómeno se produce siguiendo una escala de valores. Las pruebas se notan en los artículos fabricados en Filipinas. En la India actualmente los radiólogos interpretan las curvas procedentes de hospitales de los EEUU. Los fundamentos mismos del trabajo han sido atacados.La mundialización tiene muchos admiradores e innegables ventajas. Cada una de las fábricas de piezas desprendidas que Delphi instala en ultramar mejora el nivel de vida local. En los EEUU donde los fabricantes nacionales y los importadores compiten por proveer las mercancías a precios más baratos, la mundializaciòn contribuye a mantener los precios más bajos.Algunos economistas sólo ven ventajas. Donald Kohn, gobernador de la Reserva Federal, declaraba en un discurso reciente que la tasa de desocupación del 5,1% en los EEUU, "muestra evidentemente que nuestra capacidad de crear empleos adaptados a las necesidades no se ha visto alterada" por la competencia internacional.Otros no son tan optimistas "¿Cómo hacen las empresas estadounidenses para ser competitivas en el marco de la economía mundial?" pregunta Harley Shaiken, un economista de la Universidad de Berkeley en California. "Si la única manera de mantener el atractivo es pagar 10 dólares por hora, existe un peligro mucho más importante que el de Delphi. Estamos ante una sociedad en el que la gente en lugar de entrar en la clase media sale de ella".La elección presidencial del año pasado provocó un debate sobre la globalización y la deslocalización de los empleos, que produjo mucho revuelo pero poco esclarecimiento. Algunos dijeron que el fenómeno había sido exagerado en una economía que crea y elimina millones empleos por año.Otros sostienen que el fenómeno se acrecentará y afectará a millones de empleados.Jared Bernstein, un economista del Instituto de Economía Política ha admitido: "Tal vez estemos buscando en el lugar equivocado".Es posible que se hayan perdido miles de puestos por el auge de los menores costos del empleo en ultramar. Pero lo que no está suficientemente reconocido es que muchos otros millones mantienen sus empleos - o por lo menos un trabajo - aunque haya sido perdiendo la protección social actual o futura.Las historias laborales que presentan las perspectivas más desoladoras ignoran de qué modo podría detenerse este decadente proceso. Léon Fink, redactor de la revista Labour: Studies in Working-Class History of the Americas (Trabajo: estudio de la historia de las clases trabajadoras de los EEUU) ha escrito: "antes existía para el trabajador un nivel básico de protección social, de ahora en más estamos viviendo en un período en que las antiguas reglas crujen".
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