En las localidades de Simbol Payana y Habra Grande están a punto de estallar nuevos enfrentamientos que pueden llegar a las armas, debido a la invasión de campos por parte de empresarios foráneos. La policía estaría haciendo la vista gorda o colaborando con los intrusos.
Informe: Julio Carreras (h)
@din – Agencia Digital de Noticias
1.800 hectáreas en Simbol Payana y 4.300 en Habra Grande, parajes vecinos, corren riesgo de ser ocupadas paulatinamente por cuadrillas de hombres armados. Sus legítimos propietarios carecen de recursos suficientes para impedir el avance de los usurpadores, quienes como es ya habitual en Santiago del Estero, son empresarios de otras provincias y cuentan al parecer con la anuencia de autoridades, gracias al poder económico y equipamiento que manejan.
La policía local no ha reaccionado en absoluto ante la denuncia de usurpación por parte de sus legítimos propietarios, debido a lo cual estos sospechan de sus autoridades.
Daniel Carrasco, un cordobés que fuera dirigente sindical metalúrgico en los 70, denunció a esta agencia que el porteño Eduardo Barros y el odontólogo bandeño Eduardo Alanis, “han cercado ya unas 400 hectáreas”, valiéndose de triquiñuelas, dinero y la fuerza de unos “15 hombres fuertemente armados que acompañan sus avances ilegítimos” sobre las tierras de antiguos pobladores. Carrasco es yerno de los ancianos Juan Ángel Vizcarra y Ema Galván, quienes poseen títulos legales sobre las 1.800 hectáreas de la propiedad denominada “La Argentina”, que los invasores pretenden usurpar. De acuerdo con su relato, “los usurpadores le dieron 4.000 pesos a un tal Cabrera, ocupante legítimo de 200 hectáreas lindantes con La Argentina, para instalarse allí con sus máquinas y numerosos hombres, algunos de ellos armados”. Cabrera –según Carrasco- en un par de meses “se ha chupado el dinero”, quedando ahora sin campo y sin recursos para subsistir, en el pequeño pueblo de Pozo Hondo, donde se fue a instalar.
Táctica militar
Las anchas extensiones de La Argentina y Habra Grande son contiguas, separadas entre sí únicamente por la ruta Nacional 34. Entre ambas se ubica la ex propiedad de Cabrera, que los empresarios, asesorados por dos punteros locales -Díaz y Melián-, adquirieron por 4.000 pesos. Allí constituyeron su cuartel general, desde donde planean ir invadiendo, progresivamente, los campos aledaños, con el ya remanido método de alambrar sistemáticamente cada vez mayores extensiones, creando así una situación de ocupación “de hecho”, que los fortalecerá luego en la disputa judicial. Esta misma táctica ha sido usada ya en numerosas invasiones de campos por parte de empresarios. Uno de los casos paradigmáticos es la Estancia Sotelos, donde empresarios tucumanos –de quienes se afirma actúan como testaferros del gobernador Alperovich- comienzan alambrando rectángulos de 100 Ha, para lanzar de allí un desmonte progresivo y un indetenible avance, sobre inmensas extensiones de tierra. La gran cantidad de dinero de que disponen estos violadores, les permite trazar un plan estratégico de apropiación, cual si fuese una campaña militar, que van cumpliendo fatalmente, fijándose metas de desmontes y avances progresivos con topadoras, tractores, todo tipo de vehículos y hombres armados.
Antiguas posesiones
Las 4.800 hectáreas pertenecen a la familia Cueto Figueroa, descendientes directos de antiquísimos linajes de hidalgos españoles. Las últimas generaciones fueron cayendo en la pobreza o medianía de recursos, lo cual los deja inermes hoy ante el plan expoliador del grupo invasor comandado –según los informes de Carrasco- por el porteño Barros y el santiagueño Alanis.
“Pila” Melián habría actuado como “vendedor” de estas propiedades. El nombrado, junto con su secuaz, Díaz, es responsable, según Carrasco, de la tala indiscriminada y el robo de toneladas de troncos de árboles, como el quebracho blanco o el algarrobo, en vías de desaparecer por la depredación clandestina en la zona.
Siempre según estos testimonios, ambos caudillejos habrían controlado el nutrido tráfico de camiones, cargados hasta el tope con la madera robada, para ser vendida a aserraderos de El Chaco y Santa Fe.
Al borde de la violencia
Dado que los invasores han alambrado ya un rectángulo de 300 Ha en “La Argentina”, los familiares de los ancianos Vizcarra se disponen a resistir el avance de los usurpadores “de cualquier modo” que les sea posible. Para hoy sábado 21 de mayo de 2005 al mediodía, tenían previsto reunirse con otros campesinos de la zona, que padecen situaciones semejantes y “obligar a la gente de Barros y Alanis a desalambrar el campo que han usurpado”. Temen por sus vidas, pues como se indicó, los ocupantes del fragmento que se disputa van “fuertemente armados”.
Debido a la lentitud de la Justicia local, en cuyo Juzgado del Crimen de 2ª nominación, La Banda, bajo el control del Dr. Medina se presentó la denuncia de los afectados, estos solicitan la solidaridad de organizaciones Campesinas y de Derechos Humanos, “para evitar situaciones de pueden desembocar en desenlaces lamentables”.
Pronto, claro, bien. En un momento de crisis informativa, debido a los intereses que inmovilizan a las agencias globales, intentaremos informar sin restricciones, expresarnos con claridad y que la información provista sea útil a nuestros abonados.
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